Es suboficial de la policía y cumple servicios en la comisaría 10°, donde estaba en depósito un Renault Sandero secuestrado por un delito. No debía moverse de ahí, pero Gendarmería Nacional se topó con ese vehículo en la calle durante un procedimiento de rutina, en el mediodía del jueves. Estaba estacionado en la zona sur, debajo de las torres del Fonavi del Parque del Mercado, y al verificar el dominio detectaron que tenía prohibición de circular. Preguntaron a los vecinos de quién era y se enteraron que lo conducía un agente policial. La fiscal Karina Bartocci adelantó que lo imputará en libertad por sustracción de prueba.
Agentes de Gendarmería Nacional recorrían la zona de Sánchez de Thompson al 100 bis cuando observaron en una playa de estacionamiento un Renault Sandero semi destruido. El estado del vehículo despertó las sospechas en los uniformados, que decidieron controlarlo. Consultaron la base de datos con la patente y descubrieron que el auto no podía circular: estaba prendado y esa situación derivó en un delito en 2012. Preguntaron entonces a los vecinos por el propietario y llegó la respuesta inesperada: uno de ellos confió que había visto conducirlo a un policía, que vive en el barrio.
Leonardo B. se acercó a los pocos minutos ante el personal federal, se presentó como suboficial de la policía y agregó que prestaba servicios en la comisaría 10°, donde el auto debía permanecer en custodia. ¿Cómo justificó la irregularidad?: dijo que lo usaba porque tenía su automóvil en el mecánico.
El hecho fue informado a la fiscal en turno Valeria Haurigot, quien ordenó la intervención de la división Asuntos Internos de la Policía. Las actuaciones fueron giradas a la fiscal Karina Bartocci, a cargo de la oficina de Violencia Institucional. La funcionaria imputará al policía en libertad por el delito de sustracción de prueba.
