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Policías del Comando fueron acusados por inaudita saga de corruptelas y abusos de autoridad

Dos fiscales imputaron por delitos de todo tipo a pareja azul. Abuso de autoridad, actas falsas, violencia injustificada contra vecinos, incumplimiento de deberes, tenencia de un arma que no era la reglamentaria, algunas de las acusaciones por episodios en zona norte ventilados en audiencia

Podrían ser escenas de “Un maldito policía”, “Día de entrenamiento”, o “Torrente, el brazo tonto de la ley”, por citar algunas películas sobre uniformados corruptos y violentos, pero las acciones atribuidas a dos agentes tuvieron lugar en Rosario y no en la ficción. Al menos según testigos y la acusación de dos fiscales contra una pareja de efectivos del Comando Radioeléctrico (CRE) por todo tipo de violencia institucional y otras fechorías.

La dupla del CRE Verónica Rebec, de 42 años, y Héctor Mendoza, de 48, fue imputada por dos graves episodios ocurridos en zona norte.

Según los fiscales el 12 de junio de 2021 a las 15 mientras patrullaban Cavia al 1700 se cruzaron con un vecino que dijo “al final van y vienen todo el día al pedo”.

“Por qué no va y hace la denuncia”, le respondieron los vigilantes, para luego bajar del móvil y ponerse a discutir.

En un momento, el vecino entró a su casa, y sin razón justificable, dijo la Fiscalía, la dupla policial lo siguió y entró al domicilio. Como querían llevarlo detenido, el hombre se aferró a una silla. Al instante aparecieron familiares y vecinos indignados.

Lejos de descomprimir lo que ya era un desquicio, los agentes convocaron refuerzos con la excusa de un “procedimiento en curso”. Hubo todo tipo de violencia física, describió el fiscal Fernández Bussy. El hecho de que los filmaran, puso más violentos a los policías.

Afuera la casa –continuó el fiscal– la oficial Rebec efectuó disparos, previo amenazar, con una escopeta antitumulto hacia un grupo de personas. E hirió a J.A., en su pierna izquierda, y a A.G., en la nariz y en la pierna derecha. La secuencia quedó filmada, material citado como evidencia por la Fiscalía.

El forcejeo derivó en detenciones ilegítimas. No hubo secuestro de elemento de peligrosidad alguno y todos fueron a parar al calabozo de la comisaría 10ª. Para justificar el procedimiento, llenaron de declaraciones falsas el acta, señalaron los fiscales.

Los siguientes sucesos, del 17 de marzo pasado, ubicaron a la dupla patrullando en inmediaciones de Tres Sargentos y Talcahuano, de barrio Nuevo Alberdi.

Minutos antes de las 22, AK., de 16 años, y su amigo SR., de 18, sufrieron el robo de una bicicleta en el que agresor disparó sobre la pierna de la mayor de las víctimas. Al parecer, tanto los adolescentes como el victimario vivían cerca. Tras el ataque, AK. corrió en busca de auxilio a la casa de la familia del joven herido.

Al lugar llegó el móvil del CRE con el binomio Rebec-Mendoza, dijo el fiscal José Luis Caterina. Lo relatado por el fiscal describe escenas de descomposición social. El ladrón salió del pasillo con el revólver plateado y frente a los policías gatilló contra el pibe de 16. Las balas no salieron. Luego apuntó el arma al suelo y salieron dos disparos. “Todo delante de la autoridad prevencional”, remarcó el funcionario del Ministerio Público de la Acusación (MPA).

Los vecinos les pidieron que actuaran, pero no lo hicieron. Alertaron que todo comenzó por el robo de la bicicleta, la que señalaron porque estaba en el pasillo tirada, continuó el fiscal.

Dos policías del Comando Radioeléctrico detenidos por extorsiones y abuso de autoridad

En eso, salieron familiares, parientes o conocidos del agresor para amenazar y golpearon a los familiares de las víctimas. Un hombre se desplomó por fierrazos en la pera y en la cabeza que le propinó un hermano del sindicado ladrón en el pasillo.

“La fuerza policial, a la luz de los testigos, estaba liderada por la dupla Rebec-Mendoza. Pese a todo lo relatado, continuaron sin intervenir en la situación, que se tornaba cada vez más violenta”.

A esa pasividad, se sumó que cuando les pidieron que hicieran algo, los policías solicitaron 50 mil pesos. Les dijeron que era su trabajo, pero los policías explicaron sin ningún pudor “que sin una orden no se podía entrar, pero que si entregaba el dinero, sí podían entrar y detener al agresor”.

Al final, allegados trasladaron por propios medios al chico baleado y al hombre atacado a fierrazos al Hospital Eva Perón de Granadero Baigorria. Esa noche no hubo detenidos.

Rebec y Mendoza fueron detenidos el martes pasado en la comisaría 10ª, de Darragueira 1158, en la zona norte por personal de la Agencia de Control Policial (ACP). Al mismo tiempo, allanaron la casa de Hilarión de la Quintana al 1400 donde encontraron una pistola 9 milímetros en un ropero, la cual no era la reglamentaria que portaban los policías al momento del arresto.

Apremios ilegales, abuso de autoridad, allanamiento ilegal, incumplimiento de los deberes de funcionario público, privación ilegítima de la libertad y falsedad ideológica agravada; amenazas calificadas por el uso de arma de fuego y lesiones leves doblemente agravadas por el uso de arma de fuego y por ser funcionario público en carácter de autores  y en grado de consumado, además de exacciones ilegales agravadas y tenencia ilegítima de arma de fuego fueron la serie de delitos del código penal que les cupo a los oficiales Verónica Rebec y Héctor Mendoza.

El juez de primera instancia Gonzalo López Quintana tuvo por formalizada la audiencia imputativa y dispuso la prisión preventiva efectiva de ambos hasta el 11 de noviembre de 2022.

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