La fiesta por el aniversario 129 de Rosario Central terminó con desmanes. Todo se había desarrollado sin incidentes hasta que cerca de las 4 de la mañana, cuando sólo quedaba un puñado de hinchas, comenzaron los problemas. Y cuatro policías terminaron heridos. Los violentos fueron un minúsculo grupo de simpatizantes que opacaron una fiesta de 18 mil personas. La zona quedó destrozada, tiraron vallas y rompieron todo a su paso. La Policía repelió con balas de goma.
Fue en las inmediaciones de Alberdi y Avellaneda, cuando los policías le pidieron a los hinchas que se desplazaran hacia la vereda para poder restablecer el tránsito y continuar con los festejos, acatando la mayoría sin inconvenientes. Fuentes policiales indicaron que en ese momento, un grupo que estaba visiblemente exaltado comenzó a arrojar objetos contra los uniformados, por lo que se replegaron e intentaron dispersar a los revoltosos, siendo la mayoría dispersados y quedando un grupo aún más reducido.
Según explicaron, primero se los intentó persuadir de manera verbal. Pero la respuesta fue violenta. Golpearon por la espalda al Jefe de Inspección 2°, lo tiraron al piso, lo lesionaron y cuando cayó al piso lo tomaron a golpes entre varios. Luego, en Alberdi y Sabín, otro efectivo recibió un botellazo en la nuca. El agresor fue identificado. Además otros tres efectivos del Cuerpo de Guardia de Infantería resultaron heridos, dos de ellos lesionados en el pie y uno en la cadera producto de botellazos.
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