Uno de los huéspedes del hotel Maro, de Virasoro al 1200, alquiló hace un mes una habitación pero se retiró dejando una caja fuerte personal. Nunca volvió, y al tiempo una mujer llamó para decir que era familiar del «olvidadizo» hombre que pasaría a buscar el cofre. Pero se le adelantaron dos agentes de la seccional 16: pretendieron llevárselo con el argumento de que estaban en un procedimiento. Como no mostraron orden judicial, los encargados del alojamiento no le entregaron la codiciada carga, cuyo dueño, a esa altura, ya estaba detenido en Córdoba en una causa por tráfico de drogas. Hubo una denuncia por el raro proceder de los uniformados, que ahora quedaron bajo sospecha porque en la caja fuerte había casi un kilo de cocaína y unos 16 mil pesos.
El procedimiento comenzó hace una semana ante una consulta a la Unidad de Flagrancia en turno por parte de representantes del hotel. Denunciaron que hace poco menos de un mes un hombre, identificado como Franco D., había alquilado una habitación pero después de unos días desapareció dejando todas sus pertenencias. Siguieron con el relato: una mujer, que se identificó como familiar del huésped ausente, avisó al tiempo que iba a pasar a buscar los efectos personales olvidados. Le ganaron de mano: la misma tarde de esa comunicación, dos agentes de la comisaría 16 se presentaron en el hotel aludiendo que estaban realizando un procedimiento y que debían secuestrar los elementos que se encontraban en la habitación. De palabra, porque no presentaron ninguna orden judicial.
Hubo una denuncia, una presentación en la división Judiciales de la Policía y una consulta con el área de Flagrancia en turno de Fiscalía, desde donde ordenaron la intervención de la Policía de Investigaciones (PDI). Por orden de la fiscal Karina Bartocci, de la Unidad de Violencia Institucional, demoraron a los dos integrantes de la comisaría 16 y secuestraran los elementos personales de Franco D.: una valija con ropa, dinero y una caja fuerte personal que quedó cerrada porque en ese momento nadie tenía la combinación ni la llave.
El propietario y ex huésped del Maro, se supo luego por averiguaciones, estaba detenido en la provincia de Córdoba por orden del Juzgado Federal de Bell Ville y en el marco de una causa por tráfico de estupefacientes. Su mujer (se sospecha que fue quien había llamado para avisar que pasaría a buscar la caja fuerte) también estaba privada de libertad por orden de la justicia Federal, pero en la misma Rosario aunque con prisión domiciliaria.
El lunes último, la causa de Franco D. pasó a la jurisdicción de la Justicia Federal de Rosario por estar vinculada con el tráfico de sustancias prohibidas. Así, en coordinación con la PDI narcóticos, se abrió la caja fuerte dejada en el hotel de Virasoro al 1200. Adentro, había más de 900 gramos de cocaína y alrededor de 16 mil pesos.
Los ansiosos agentes que habían pretendido retirarla quedaron en la mira aunque en libertad. Sus teléfonos móviles fueron enviados a peritaje y se investiga si tienen vínculos con la pareja detenida por la Justicia Federal.
Sobre ellos, pesa la posibilidad de una imputación por encubrimiento e incumplimiento de los deberes de funcionario público por parte de la fiscal Bartocci, que podría dar ese paso la semana próxima.