Los pooles de siembra, es decir aquellos proyectos mayores a 50.000 hectáreas, comenzaron a disminuir la cantidad de superficie de producción, algo que a mediano plazo puede tener consecuencias en la macroeconomía argentina.
La menor inversión de este tipo de proyecto de siembra ocurrió principalmente debido al alza del costo de los arrendamientos, la evolución de las variables fiscales y el atraso cambiario, resumió en su último informe la consultora Delphos Investment.
Delphos recordó que esta forma de negocio agrícola permite diversificar los riesgos climáticos, además de conseguir economías de escalas en los costos. “Según algunos analistas, de la superficie total de 31 millones de hectáreas, los pooles o fondos siembran entre el 6 y 10 por ciento. Sin embargo, los arrendamientos alcanzarían hasta entre el 50 y 60 por ciento de esa superficie”, completó.
El documento económico citó el caso de uno de los pooles de siembra más importantes de Argentina llamado El Tejar. Según se difundió la última semana, habría disminuido sustancialmente la cantidad de hectáreas sembradas en el país, mencionó Delphos. Habría pasado de sembrar 180.000 hectáreas en la campaña 2011/2012 a sólo 30.000 hectáreas en la actual.
“De esta manera, Argentina representa el 4,6 por ciento del total de superficie sembrada por el pool en la región. Una consecuencia de la pérdida de incentivos asociados fundamentalmente al deterioro de la rentabilidad”, puntualizó el informe económico.
La consultora explicó que entre las causales se destacan el gravamen impositivo a las exportaciones (retenciones), aumentos en los Ingresos Brutos, incrementos en las valuaciones fiscales de los inmuebles rurales y el retraso cambiario.
Delphos hizo un ejercicio teórico y observó que el productor recibiría un 62 por ciento menos de dólares por tonelada de soja, solamente teniendo en cuenta el efecto de las retenciones a las exportaciones y el diferencial entre el tipo de cambio oficial con el contado con liquidación (surge de arbitrar la compra de activos en la plaza local y la venta en el exterior a cambio de dólares).
El informe recordó además que según la información que se publica en el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca, los márgenes brutos para la soja de primera y el maíz, después arrendamientos, son negativos o próximos a cero. Aunque mencionó que la situación varía en función de los rindes de cada campo, dado que es un negocio de alto apalancamiento operativo.
Delphos advirtió que no debería causar sorpresa que una eventual caída en la demanda de los arrendamientos sea la consecuencia de una merma en el precio de los alquileres de los campos y sus valuaciones.
Y concluyó que desde el punto de vista macro, la partida de los pooles de siembra podría traducirse en menores rindes para las campañas futuras y, por lo tanto, una menor entrada de divisas en los próximos años.