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Pop anticuado con raíz latinoamericana

Oriundo de Lima, Perú, el dúo integrado por Alejandro Rivas y María Laura Bustamante viene a repasar los temas de su primer disco, “Paracaídas”, y adelantar “Fiesta para los muertos”. Este viernes, a las 21,30 en el Túnel 4 del CCPE.

Por Daniela Barreiro

Con un estilo que ellos mismos definen como “pop anticuado” por sus afinidades con las emblemáticas canciones de Los Beatles y el pop de la década del 50 pero con marcadas influencias de folclore latinoamericano, el dúo que integran Alejandro Rivas (voz y guitarra) y María Laura Bustamante (voz y piano) llega por segunda vez a Rosario para repasar Paracaídas, su primer disco, y adelantar algunas composiciones de Fiesta para los muertos, un material que se encuentra en proceso de grabación.
Con guitarra y piano e interesantes arreglos vocales Alejandro y María Laura, como dieron en llamar al dueto, brindará un show íntimo esta noche, a partir de las 21.30, en el Túnel 4 del Centro Cultural Parque de España (Sarmiento y el río Paraná) junto a la agrupación local El Fuego de la Semilla.
Oriundos de Lima, Perú y, provenientes de distintas líneas musicales (él tenía su propia banda de rock progresivo y ella participaba en un trío de jazz) estos músicos comenzaron su andar juntos en 2009 realizando covers de Café Tacuba, Beach Boys y The Who, canciones que, traducidas por ellos mismos, les permitieron dar el puntapié inicial a una carrera con la que actualmente se encuentran realizando una segunda gira por Argentina y grabando, en Buenos Aires, su segundo disco de estudio tras haber sido consagrados como revelación musical en su país de origen.

Rivas y Bustamante señalan que Latinoamérica tiene un problema de autoestima ya que lo que viene de afuera siempre es mejor.
Rivas y Bustamante señalan que Latinoamérica tiene un problema de autoestima porque creen que  lo que viene de afuera siempre es mejor.

La grabación del disco en la capital del país no es un dato menor ya que uno de los hitos de su carrera fue haber conocido a Kevin Johansen tras telonearlo en Lima. Fue él quien los puso en contacto con el productor musical Matías Cella (que trabaja con Jorge Drexler y el mismo Johansen), con quien grabaron el primer disco y se encuentran haciendo lo propio con el segundo.
“Terminamos de grabar hace dos días”, contó Alejandro a El Ciudadano mientras adelantaba: “En el último estuvo participando Kevin Johansen”.
Cuando la charla se puso más específica, Alejandro no dudó y, adelantando que María Laura se lleva mejor con las definiciones y explicaciones, le pasó el teléfono: “En algún momento se nos ocurrió definir lo que hacemos como pop anticuado”, dijo la cantante y pianista. “Nos gusta mucho el pop pero de otra época, como el de Los Beatles o el de los 50 en el que había mucho juego de voces. Por otro lado nos gusta mucho la música latinoamericana, el folclore peruano y el argentino”, explicó María Laura al tiempo que, consultada sobre la elección de Fiesta para los muertos como título del nuevo CD, puntualizó: “Es el título del tema que abre el disco y analizando las canciones encontramos que tenían en común una percepción medio apocalíptica de la vida, como que todo se está acabando. Pero no es algo deprimente; en Perú se celebra mucho el día de los muertos, es una fiesta popular en la que hay gente que llora pero también hay gente que canta, que hace música al costado de la tumba de su ser querido. Esa sensación ambigua que genera esa fiesta también es un poco lo que genera el disco”.
Por su parte Alejandro confesó que el título del material es su forma de redimir la percepción tragicómica de la muerte en su familia: “Hay momentos en que las cosas son tan trágicas que las puedes ver como una tragedia y hacer un melodrama o tomarlo con un poco de humor. Mi abuela es un ser muy particular. Ella es todo lo contrario a Fiesta para los muertos, es de lamentar muchísimo la muerte y guardar luto. Entonces, para mí, Fiesta para los muertos tiene que ver con redimir todo ese lado de la familia”.
“Fiesta para los muertos es también una bonita metáfora para lo que ocurre en Lima –agregó el guitarrista–, que es una ciudad con poca memoria, el Perú mismo es un país con poca memoria. Elegimos a los peores presidentes dos veces y nos olvidamos totalmente de aquellos que han hecho algo por nuestra cultura. Para mí la memoria es muy importante y en Lima es como que se entierran las cosas y nunca más se las recupera. Entonces me gustaba mucho la idea de sacar a nuestros muertos, de recuperarlos, que resurjan. Por eso el disco tiene que ver con regresar a las raíces. Hemos estado escuchando mucho a Chabuca Granda y tuvimos el gusto de conocer a Susana Vaca hace poco, una mujer que tiene mucha tradición”.
“Si hay algo que admiro mucho de Argentina es que tienen muy presentes a sus íconos y artistas; hemos visto que los homenajes a Spinetta tienen luto pero también celebración. En Lima, por ejemplo, se cumplen 30 años de la muerte de Chabuca Granda y nos contactaron para que participemos en un show homenaje, y después nos llamaron para decirnos que no se había conseguido ni un solo auspicio para hacer el evento. Chabuca Granda es como Violeta Parra para Chile o Mercedes Sosa para los argentinos, si no hay auspicio para eso no hay para nada. El Estado está totalmente ausente en el arte. Es lamentable porque hay una escena muy rica, una escena que se está haciendo notar a través de las redes sociales”, contó Alejandro. Respecto de los motivos que él cree que llevan a esa situación opinó: “Creo que Perú y muchos países de Latinoamérica tienen un problema de autoestima, las cosas que ocurren en el exterior siempre son mejores. Los peruanos tenemos que darnos cuenta que tenemos muchas cosas buenas más allá del ceviche y el pisco, que son buenos también (risas)”.

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