Finalmente, cuando parecía que la abstención iba a ganar la pulseada, los socios de Newell’s le bajaron el pulgar a la aprobación de la Memoria y Balance en una Asamblea histórica celebrada esta noche en el Estadio Cubierto del Parque Independencia.
Con la participación de cerca de 2 mil socios y en medio de un marcado clima político, se realizó la Asamblea de tratamiento del Balance en Newell’s, luego de que en octubre pasado se frustrara por hechos de violencia que obligaron a declararla “inexistente”.
Un Balance controvertido y repleto de incógnitas, ya que en los últimos días apareció el fantasma de una posible sanción de Superliga en caso de no tener aprobación. Situación que obligó a las agrupaciones opositoras a realizar innumerables consultas, ya que no existe seguridad de que Newell’s no tenga problemas de renovar su licencia para jugar el próximo torneo al no tener el Balance aprobado.
Uno de los primeros oradores en tomar la palabra fue Ariel Moresco, del Movimiento 1974. Se excusó de que por cuestiones técnicas del estatuto de la Superliga, no se podía rechazar el Balance. Le pidió disculpas públicas a Daniel Giraudo, referente político de ADN Leproso y quien en redes sociales lo tildó de «traidor» por abstenerse a desaprobar el Balance.
Giraudo le formuló una serie de interrogantes al auditor sobre las características del Balance. E instó a los socios rojinegros con rechazar la aprobación del mismo. Fue entonces cuando se vivió uno de los climas de mayor tensión de la noche en el Estadio Cubierto, al grito de «que se vayan todos».
Otro de los momentos de exaltación sobrevino cuando se produjo la llegada de Rafael Bielsa al Estadio Cubierto. Se sentó al lado de Moresco y escuchó a los siguientes oradores.
Aunque en las adyacencias del Parque se hablaba de un distanciamiento entre Moresco y Giraudo, en el recinto asambleario pareció todo lo contrario. Posteriormente el auditor Guillermo Azum aclaró que el balance está firmado y elevado al Concejo de Ciencias Económicas con la argumentación de la abstención.
Javier Díaz, integrante del Movimiento Faustino González, propuso en primer lugar una sanción moral para Jorge Riccobelli y Guillermo Lorente por la mala administración en el gobierno anterior, mientras que luego se aprobó la moción de una votación desdoblada: por un lado la Memoria, y por otro el Balance.
Luis Facciano, ex candidato presidencial por Futuro Leproso, agradeció la presencia de Rafael Bielsa y proclamó la moción de abstención a la aprobación del Balance. Recibió aplausos y dejó la sensación de que la Asamblea se encaminaba a un resultado previsible en la votación.
Pero no fue así. Rafael Bielsa cerró la Asamblea con una alocución de 15 minutos, cuando los demás oradores tuvieron el tiempo contado para manifestar posición política. Ensayó una defensa a ultranza hacia el vicepresidente Cristian D’Amico («me abrió las puertas y cumplió para que esta Asamblea se desarrolle con seguridad», argumentó), cuestionó al presidente Eduardo Bermúdez («agradezco que no haya venido porque sino esta noche terminaba todo a los sillazos», consideró), y aclaró que nunca será candidato a presidente en Newell’s («prefiero seguir siendo hincha»).
Rafael Bielsa pateó el tablero. Aglutinó las voluntades de todo el arco opositor y a la hora de la votación, los socios se expresaron en contra de la aprobación de la Memoria y el Balance con una abrumadora mayoría.