La baja en la cotización del petróleo, con un barril de crudo que rompió el piso de los 50 dólares, empezó a impactar en la Argentina donde Siderca, una empresa del grupo Techint, suspendió a 3.300 operarios en turnos rotativos en la planta de la localidad bonaerense de Campana.
El personal afectado representa el 66 por ciento de los 5 mil empleados que trabajan en el establecimiento de Campana, y la medida, que incluye la suspensión de horas extra, se extenderá al menos hasta octubre.
El descenso en la cotización internacional del petróleo –cayó 21 por ciento sólo en enero– afectó al principal mercado de Techint: la venta al mundo de tubos sin costura para la industria energética, en especial a Estados Unidos y Canadá.
Salario reducido
Los operarios suspendidos perciben el 85 por ciento de su salario básico tras un convenio suscripto entre la compañía y la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), pero el impacto es mayor porque se cancelaron las horas extra.
La decisión se adoptó debido a que la planta de Campana funciona al 30 por ciento de su capacidad. Fuentes de la industria petrolera indicaron que ese nivel de operaciones es uno de los más bajos de la historia de Siderca, que no sólo adoptó esta decisión, sino que tampoco renovó contratos y abrió un programa de retiros voluntarios. Los proveedores de la compañía siderúrgica también se ven afectados, porque Siderca optó por reemplazar servicios de terceros con personal propio.
El principal impacto por la caída del barril de crudo a nivel internacional se produjo porque la planta bonaerense de la localidad de Campana vende al mundo el 70 por ciento de su producción.
Alertan por dumping a China
No es el único problema que afecta a Techint: la industria del acero viene denunciando que China practica competencia desleal al vender tubos sin costura a menor importe del que debería (dumping), para morder mayores porciones del mercado.
El 45 por ciento de las ventas de Tenaris –unos 10 mil millones de dólares anuales– provienen de un mercado norteamericano que también sufre el impacto de la caída del petróleo.
El mercado petrolero en la Argentina está distorsionado a partir de la intervención oficial, como ocurre con la mayoría de los sectores de la economía, y esto hace que aquí se pague 50 por ciento más por el barril de crudo y los consumidores no pueden verse beneficiados por la rebaja internacional.
Tras negociar con el gobierno, las empresas se comprometieron a pagar 77 dólares por barril de crudo con el fin de mantener el empleo, en lo que constituye un subsidio de los consumidores a la industria.