Desde junio del año pasado el tiempo de Mariana Sena, subdirectora del Centro Audiovisual Rosario (CAR), está congelado. El dolor no. La muerte de su hermana Laura y la sobrina de ésta, totalizaron 40 víctimas desde la habilitación del puente Rosario Victoria, en 2003. En un futuro cercano, espera pintar junto a los respectivos familiares de las víctimas una estrella amarilla en cada kilómetro del camino a Victoria donde haya ocurrido una muerte. Frente a un grupo de legisladores, agentes de tránsito y Bomberos Voluntarios, el relato de Sena humaniza la estadística de cantidad de muertes por accidentes en el corredor que conecta con Entre Ríos. De este lado, Santa Fe lamenta la tendencia de tener unas 600 víctimas fatales en rutas y calles en los últimos dos años.
De espaldas al sol y al puente, Mariana miró a los representantes legislativos y gubernamentales que llegaron hasta el frente del puesto Gendarmería Nacional, en Iturraspe y Pintor Musto, para participar de la presentación de la campaña de estrellas amarillas en el puente –ver recuadro–. Estuvieron el diputado electo Pablo Javkin, el diputado Carlos Comi, el diputado nacional por el kirchenerismo Marcos Cleri, el concejal Roberto Suckerman y el secretario de Cultura y Educación, Horacio Ríos, entre otros. A ellos Mariana explicó que no son suficientes las señaléticas, estrellas o los reclamos por mayor control vehicular preventivo en rutas con alto grado de siniestralidad. Para ella una transformación de la cultura del conductor debe darse a través de un castigo mayor a quienes cometen infracciones: de velocidad, de conducción peligrosa por consumo de estupefacientes (incluido el alcohol) y de normas de seguridad a bordo. En particular, las que llevan a la muerte de terceros, donde la tipificación del crimen es homicidio culposo y la pena máxima es de 5 años de prisión efectiva, que casi nunca se cumple, insiste Mariana.
La mujer habló como hermana de Laura, de 45 años, quien junto a su esposo Santiago y su beba Clara viajaban el 10 de junio del 2012 hacia Entre Ríos. También a bordo del auto estaba María Florencia Crovetto, de 30 años. En el kilómetro 16 chocaron contra el auto de Francisco Álvarez, quien en sentido contrario pasó en plena curva –con doble línea amarilla que prohíbe la maniobra– a un camión mosquito. Crovetto falleció en el acto. Laura soportó cuatro meses hospitalizada hasta que murió. La semana pasada la Justicia entrerriana confirmó que no le otorgará la probation a Álvarez y el juicio seguirá su curso.
La noticia judicial no logró alegrar a Yayi, madre de las hermanas Sena, quien recibió un abrazo de su hija Mariana tras su discurso en la ribera. Ambas soportaron el minuto de silencio que marcó la sirena del camión de Bomberos Voluntarios. El ruido que pidió silencio disminuyó de a poco y fue derrotado por el canto de los pájaros. A metros el puente está el contacto asfáltico de casi 60 kilómetros con la vecina provincia. Por él, camiones ligados al agro, turistas de casino y entrerrianos como Mariana lo cruzan a diario. Sin banquinas de concreto. Sólo las islas.
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