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Por crimen en Beltrán, nueve años de prisión para Diente de Lata

El juez sanlorencino Juan José Tutau resolvió homologar el procedimiento abreviado presentado por la Fiscalía y aceptado por la defensa, condenando a Marcio Ademar Fernández a dicha pena por el asesinato del Manco Rodríguez y la tentativa de homicidio de su hijo Marcos, en febrero de 2017

A Diente de Lata lo habían arrestado el último día de 2017, cuando merodeaba la casa de su madre ubicada en Neuquén al 100, en barrio Copello de Capitán Bermúdez. La Policía lo buscaba por el crimen de Héctor Ramón Rodríguez, alias Manco o Mostacha, el hombre de 49 años fue acribillado a balazos el 9 de febrero de aquel año en la puerta de su casa de Riccheri al 500, en Fray Luis Beltrán. Este viernes, en los Tribunales de San Lorenzo, el juez Juan José Tutau resolvió homologar el procedimiento abreviado presentado por la Fiscalía y aceptado por la defensa, condenando a Marcio Ademar «Diente de Lata» Fernández a la pena de 9 años de prisión efectiva.

El fiscal Juan Carlos Ledesma había imputado a Diente de Lata por los delitos de homicidio y tentativa de homicidio en calidad de participe secundario por hecho ocurrido el 9 de febrero de 2017 en Fray Luis Beltrán, en donde falleció el Manco Rodríguez como consecuencia de múltiples disparos y resultó herido su hijo Marcos Rodríguez, de entonces 15 años, quien terminó con un tiro en la pierna.

Además, a Diente de Lata se le imputó el delito de robo calificado por el uso de arma de fuego, cuya aptitud para el disparo no pudo tenerse por acreditada, en calidad de coautor, por un hecho de robo del 17 de septiembre de 2017 en Rosario.

Ocho meses antes de que fuera asesinado, el Manco Rodríguez había salido de prisión por estar acusado de un homicidio calificado agravado por la participación de un menor, ocurrido en 2012 en Capitán Bermúdez, por lo que se presume que fue una venganza.

Rodríguez había perdido el 1º de diciembre de 2015 a Pablo, el hijo de su pareja Lidia, en la misma cuadra y también a manos de dos hombres en moto. Para los allegados, los dos ataques fatales y las amenazas están relacionados con la absolución que recibió el Manco y la prisión domiciliaria de Pablo cuando se vieron involucrados en el crimen de Sergio Oscar «Muslito» González, ocurrido en febrero de 2012, en barrio Copello de Bermúdez.

 

El crimen de Pablo

Pablo Alvarado, de 19 años e hijastro del Manco, fue ejecutado de ocho disparos a plena luz del día y a la vista de los vecinos, quienes presenciaron cómo dos hombres con casco a bordo de una moto le cortaron el paso a unos metros de su casa de Riccheri al 500.

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El joven de 19 años adivinó la jugada y corrió a la casa del vecino, le golpeó la ventana y se escondió en una de las habitaciones. Gabriel G., de 32 años, se levantó sobresaltado de la siesta no por el golpe en la ventana, sino por las detonaciones. En segundos, vio a Pablo correr por su casa. El extraño lo persiguió hasta el interior de la vivienda y le descerrajó ocho tiros con una pistola 9 milímetros. Una vez cumplido el objetivo, el homicida se reunió con su cómplice y huyeron.

Pablo fue llevado en un patrullero al centro de salud Juan Bautista Cairo, de Fray Luis Beltrán, donde a los pocos minutos falleció. Las vainas recolectadas fueron del mismo calibre que las que los policías juntaron al lado del cuerpo de su padrastro: calibre 9 milímetros.

El crimen de Muslito

Alvarado contaba con prisión domiciliaria dispuesta por el juez de Menores de San Lorenzo por haber sido encontrado responsable del homicidio de Muslito González, asesinado en febrero de 2012 en Copello.

Muslito era pariente cercano de Brian González, alias Gordo, detenido por el asesinato de la promotora Analía Rivero, ocurrido en noviembre de 2014 frente al boliche Stone de Capitán Bermúdez.

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La noche del 27 de febrero de 2012, Muslito estaba en un quiosco ubicado en Bahía Blanca y Suecia, de Copello. En ese momento se encontró con el Manco Rodríguez y Pablo Alvarado, de entonces 17 años. Hubo un cruce de palabras y le siguieron algunos forcejeos.

La investigación determinó que Pablo entró en escena en plena pelea, le propinó el primer puntazo a Muslito por la espalda y su padrastro terminó la tarea. Por el crimen, el Manco fue condenado a 10 años de prisión. Sin embargo, la condena fue revisada por la Cámara de Apelaciones.

El tribunal dictaminó absolver al Manco por el beneficio de la duda. Es que la evidencia determinó que el puntazo fatal lo propinó una mano diestra, justo la que le faltaba a Rodríguez. El 5 de enero de 2015, Alvarado había sido detenido y quedado con prisión domiciliaria hasta que se determinase la pena por el crimen de Muslito.

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