Por el delicado estado de salud de Miguel Lifschitz, internado en un sanatorio de Rosario con un cuadro de coronavirus que este miércoles desmejoró, la Cámara de Diputados de la provincia permanece acéfala y se estira la incertidumbre respecto a una posible salida política que permita regularizar la situación.
Por reglamento, la Cámara de Diputados debía designar nuevas autoridades –o renovar las actuales– la semana pasada, antes de la apertura del período de sesiones ordinarias que se efectuó el sábado 1º de mayo.
Esa sesión preparatoria no se realizó la semana pasada y, por un acuerdo de los jefes de bloque, se postergó sin fecha definida. De momento, la Cámara baja está acéfala y por ese motivo hace un mes que los diputados provinciales no sesionan.
Es un hecho que esta semana no habrá novedades ya que no hubo convocatoria formal a sesión preparatoria, algo que tiene que concretarse con al menos 48 horas de anticipación.
Mientras el mundo de la política sigue con atención la evolución de la salud del ex gobernador socialista y actual presidente de la Cámara de Diputados de la provincia, los referentes de los espacios políticos con representación parlamentaria no logran ponerse de acuerdo sobre los pasos a seguir.
La Cámara no funciona desde hace un mes. Y desde el 1º de mayo está acéfala ya que ese día vencieron los mandatos de sus autoridades: el presidente Lifschitz, la vicepresidenta primera Lucila De Ponti (PJ) y la vicepresidenta segunda Jimena Senn (UCR). Sus mandatos no fueron prorrogados porque aun no se concretó la sesión preparatoria.
El parte médico de Miguel Lifschitz indicó este miércoles «una desmejoría clínica»