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Por el deterioro, van a mudar talleres del Poli

Lo anunció la dirección de la institución, que salió a responder denuncias de alumnos y docentes.

¿Mudanza en el Poli? Autoridades del Instituto Politécnico Superior y de la Universidad Nacional de Rosario, de la que depende el colegio de Ayacucho y Pellegrini, salieron ayer a responder a las denuncias de alumnos, ex alumnos y docentes sobre las condiciones edilicias de la institución. A través de un comunicado de prensa, la directora del Politécnico, Liliana Lagreca, y el subsecretario académico de la UNR, Claudio López, admitieron que las instalaciones presentan “un nivel crítico de deterioro en varias áreas”, pero lo atribuyeron a “la falta de inversión de infraestructura durante décadas” en un “edificio de más de 80 años de antigüedad, con 18.000 metros cuadrados de extensión”.

Con ese preámbulo, pasaron revista a las obras que están en ejecución y a las que están proyectadas para este año en distintos sectores de la escuela –a la que asiste casi un millar y medio de estudiantes– y anticiparon que “para adecuar la actividad académica mientras continúa implementándose el plan”, están “gestionando el alquiler de un inmueble para trasladar temporariamente los sectores de talleres que se encuentren afectados por las remodelaciones”.

Por su parte, ex alumnos de la promoción 1990, que este año cumplen un cuarto de siglo de egresados, convocaron a una “gran choripaneada” en el patio de los talleres el próximo 24 de mayo con el fin de colaborar con el colegio en el que se formaron y al que ven “hecho bolsa”.

En medio del revuelo sobre el estado de la ex Escuela Industrial de la Nación, los actuales directivos remarcaron que los trabajos para levantarla no se dejaron de lado, y que las obras en ejecución, en licitación y proyectadas comprenden una inversión cercana a los 20 millones de pesos. Y también que el plan arrancó años atrás, ya que en 2011 “se licitó la instalación de la red de gas natural y calefactores”. Empero, lo cierto es que no se pudo hacer: según explica la nota, la ejecución “se vio interrumpida debido a que la empresa adjudicataria hizo abandono de obra, lo que derivó en acciones legales”.

También se aclara que “para salvar la emergencia la Universidad contrató a un profesional matriculado” que avanzó en la trabajos requeridos por Litoral Gas “con personal de mantenimiento de la UNR”. Pero tampoco: tras “sucesivas inspecciones” de la distribuidora, “el proyecto original de una red única se está rediseñando para lograr la habilitación del servicio por secciones”.

Así, por una u otra razón el Poli hoy no tiene gas. Y, para tenerlo, deberá atravesar un control exhaustivo: entre el inicio de la obra y la actualidad sucedió la tragedia de calle Salta 2141, y una de sus consecuencias fue la aplicación a rajatablas de los protocolos de seguridad.

La nota que tomó estado público ayer está fechada el lunes 27, y –se desprende– surge como respuesta una reunión de docentes del Politécnico y un comunicado de la misma fecha del gremio de docentes universitarios (Coad). Según la información, los profesores de la institución se convocaron “para evaluar medidas de acción ante el pésimo estado del edificio, particularmente en el sector de los talleres” y entre los puntos mencionados se encuentra, precisamente, el gas: “Siguen inconclusas las obras del gas, por lo que estudiantes y docentes avizoran un invierno sin calefacción”, dice el comunicado. Pero no es todo: “Techos rotos, humedad en paredes y techos, paredes electrificadas, entre otros, generan condiciones de inseguridad para docentes y estudiantes”, denunció la Coad.

A su vez, la denuncia gremial es posterior a otra, emitida en marzo pasado, cuyos autores son los propios alumnos: el Centro de Estudiantes del Politécnico (CEP) denunció que “no sólo el plan de obras es incompleto, sino que las obras realizadas están mal hechas”.

“Nos estafaron”, sostuvieron los miembros del CEP, quienes también pasaron revista a la “desastrosa” situación, en particular de los talleres: “Fundición clausurada desde el año pasado por peligro de caída del techo, abandono total de ciertos sectores, como el ex gimnasio, y el museo cuyas piezas, de alto valor histórico, lidian con el clima dado que el techo tiene un agujero importante”, sostuvieron los estudiantes. Y marcaron que en sectores ya terminados “todas las obras nuevas tienen errores”, desde maderas rotas en techos “hasta filtraciones de agua sobre cajas eléctricas e instalaciones eléctricas”, con el peligro que representa esa situación.

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