Pudo haber sido la final perfecta, pero el destino cruzó a Brasil y la selección argentina a pelear por primera vez en la historia de la Copa América por un pase a la final. Un clásico con historia, folclore y orgullo en juego. Un partido lleno de adrenalina, dentro y fuera de la cancha.
El escenario de combate, a partir de las 21.30, será el estadio Mineirao de Belo Horizonte, el mismo sitio donde Brasil ya ha derramado sangre al caer 7-1 con Alemania en semifinales de su Mundial de 2014, pero donde también ejecutó 3-0 al conjunto albiceleste en las Eliminatorias a Rusia 2018.
El árbitro ecuatoriano Roddy Zambrano dirigirá el partido, asistido por Christian Lescano y Byron Romero, mientras que como cuarto árbitro estará el uruguayo Esteban Ostojich. Y un dato que hoy no puede pasar inadvertido, en el VAR fueron designados los uruguayos Leodán González y Nicolás Tarán, y el venezolano Jesús Valenzuela. Y tal vez tengan más injerencia que los jueces que estarán dentro del campo de juego.
La particularidad de este cruce, a diferencia de lo que ocurrió en cuartos de final, es que en caso de empate en los 90 minutos reglamentarios, habrá alargue (dos tiempos de 15) y luego penales.
La Canarinha nunca ha perdido la Copa América como local y su hinchada le exige mantener la estadística. La Albiceleste, que no gana el torneo desde Ecuador 1993 pero acumula 14 títulos, puede golpear duramente a su eterno rival, si es que el astro Lionel Messi, por fin, despierta.
La estadística está equilibrada. Brasil saca a relucir grandes victorias, pero Argentina siempre encuentra partidos para responder. Ni hablar del dramático 1-0 del Mundial 90, con aquel gol del Pájaro Caniggia que aún se grita. En 105 años de rivalidad, Brasil ha tenido a Pelé y Argentina a Maradona.
Ambas superpotencias continentales han chocado en 110 partidos, aunque cinco de ellos no los reconoce la FIFA. Y están a la par: 42 victorias para cada equipo y 26 empates; con 176 goles para Argentina por 171 de Brasil.
Argentina tiene 14 trofeos continentales frente a 8 de Brasil, que a su vez ostenta cinco títulos mundiales por dos de la Albiceleste.
“Es difícil decir quien es favorito cuando se juega un Brasil y Argentina, ellos son los locales, los que tienen que salir a mostrar a su gente, los que hace más tiempo vienen con su proyecto, son jugadores que vienen con el mismo técnico, la misma idea, es un partido igualado”, afirmó Lionel Messi.
La Canarinha llega a semifinales sin haber recibido un gol en contra en sus cuatro partidos. Brasil ha ido de menos a más con un tridente ofensivo que atropelló 5-0 a Perú pero al que le cuesta vulnerar defensas cerradas. El choque con Paraguay en cuartos de final acabó con victoria 4-3 en penales.
Argentina por su parte, empezó a los tropezones: perdió 2-0 contra Colombia, se enredó 1-1 con Paraguay, resucitó 2-0 ante Catar y venció después en cuartos de final por igual marcador a Venezuela.
A Brasil le falta Neymar, y en Argentina, el mejor jugador del mundo, Lionel Messi, aún no deja sentir su presencia en el terreno de juego.
Él responsabiliza, en parte, al mal estado de los campos de juego, que impide hacer jugadas en dos toques, aunque admite que no está en su mejor condición. “La verdad que no estoy haciendo mi mejor Copa América, pero son partidos que se dan de esa manera» sostuvo recientemente.
“Es claro que todo cuidado es poco para un equipo con el mejor jugador del mundo”, reconoce el zaguero Thiago Silva, reconociendo que nadie quiere que Messi despierte.
Otro que también tiene un desafío es el DT de Argentina, Lionel Scaloni, a quien ganarle a Brasil le significaría un “upgrade” en su currículo de principiante. Y tal vez le prolongue la vida en el banco. “Creo que va a ser un juego bonito, queremos crear dificultades y ganar”, comentó.
Brasil será local, pero su público puede jugarle en contra si el partido lo tiene en desventaja. Es que hay mucha presión por ganar, y ese es un detalle que Argentina puede explotar.