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Por la recuperación del teatro

El senador Alberto Crossetti pidió a la provincia aportes económicos para recuperar el edificio del Teatro Gabrielle D’Annuzio, que permanece cerrado desde noviembre del año pasado después de que se desmoronó el cielorraso.

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El Teatro Gabrielle D’Annuzio está cerrado desde el 30 de noviembre del año pasado, cuando se produjo la caída del cielorraso. Desde ese momento el edificio está inhabilitado, por lo que las actividades culturales que allí se desarrollan están paralizadas privando así a los habitantes de Las Rosas del acceso a las mismas. La reapertura de la sala, testigo de la vida cultural del lugar, permitirá retomar actividades que permiten a los habitantes de Las Rosas desplegar actividades que los fortalecen como comunidad depositaria del legado cultural de los inmigrantes que forjaron la región.

El senador por el departamento General Belgrano, Alberto Crossetti, se reunió con el ministro de Obras Públicas y Vivienda de la provincia, Julio Schneider, con el propósito de solicitar un aporte económico que permita afrontar la recuperación del cielorraso y la puesta en valor del edificio de este teatro, que surgió de la mano de los inmigrantes italianos que llegaron a la zona no sólo trayendo sus sueños de progreso a través del trabajo sino también su impronta cultural. El legislador adjuntó un proyecto para su recuperación y el presupuesto de la inversión total, incluida la puesta en valor. En los fundamentos planteados al ministro, el senador remarcó la necesidad de contar con una pronta recuperación del teatro ya que no existe otro edificio acorde para las actividades que en él se realizan.

Un poco de historia

“Ningún país del mundo ofrece mayores ventajas al agricultor y al ganadero. Clima templado y sano, tierras a bajo precio y fértiles, fáciles para trabajar; llanuras vastísimas, cada especie de ganado a precio tan módico como no se consigue en otra parte; grandes líneas ferroviarias, comunicaciones casi diarias con Europa, instituciones iguales a las de Estados Unidos, pero más liberales para los extranjeros, ya que pueden ser propietarios sin comprometer su nacionalidad”, decía un Annunzio Ufficiale de mediados del siglo XIX que alentaba viajar a la Argentina. Y tras estos augurios de progreso llegaron al país los italianos. No sólo trajeron consigo ansias de progreso y manos prestas para el laboreo, también revivieron y transmitieron su acervo cultural en estas tierras.

El Teatro Gabrielel D’Annuzio es el reflejo de esa cultura italiana que reprodujeron aquí. La sala surgió a partir de los objetivos culturales de la Asociación Italiana de Socorros Mutuos, fundada en 1891, siendo la primera institución de Las Rosas, incluso es anterior a la creación de la Sociedad de Fomento y a la Policía.

A principios del siglo XX se adquiere el solar donde se construye la primera edificación, con dos salones destinados a administración y reuniones, un hall de entrada y un salón de baile (actual foyer), construido en estilo italianizante.

Corría 1927 y el pujante pueblo crecía al ritmo del desarrollo ferroviario y de la inmigración, por lo que se requería de un mayor espacio para el desenvolvimiento de sus actividades sociales y culturales. Ya habían concretado la creación de una escuela primaria, cuyas clases se dictaban en italiano, y el deseo de contar con una sala donde pudieran disfrutar de la “ópera”, tan incorporada a la cultura y la idiosincrasia italiana, los impulsa a construir un teatro de ópera “alla italiana” que sirviera, además, como sala de cine (el cual se había constituido en la el nuevo arte de gran difusión en el mundo entero).

Convocan para este proyecto al ingeniero y arquitecto Ángel Guido. El Teatro Gabrielle D’Annuzio fue una de sus primeras obras (había egresado en 1921 de la Universidad Nacional de Córdoba), desarrollada en estilo neoclásico y según la información con que se cuenta, su única obra en este estilo. Sobresale su excelente acústica, que la transformó en una sala ideal para óperas, conciertos y teatro.

Las obras fueron encomendadas a la empresa Bortolussi Hermanos SRL, de propiedad de inmigrantes italianos formados en albañilería y arte en el norte de Italia y en Austria, de gran prestigio como constructores en el pueblo y la zona. El teatro se inauguró en 1928 con la presentación de una ópera.

En cuanto a la fachada, lamentablemente, en la década del 50, debido a la fuerte influencia de la “modernización” sufre un cambio total, que la despoja de toda la ornamentación, columnas, molduras y sillares, conservándose solamente algunas aberturas y los vanos de las mismas.

En la década del 80, debido al avanzado estado de deterioro en que se encontraban las instalaciones en general, comienzan los trabajos de refacción y restauración, que se han llevado a cabo tratando de recuperar, en lo posible, los valores originales.

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