Cada 3 de diciembre se conmemora el Día Internacional de las Personas con Discapacidad, una fecha proclamada por Naciones Unidas (ONU) en 1992 para promover la ampliación de los derechos y el bienestar de esas personas que son la minoría más amplia en el mundo y suelen tener más dificultades que otros colectivos en el acceso a la educación, a los derechos legitimados, al mercado laboral, a servicios de salud, entre otros, además de la discriminación social y ausencia de políticas públicas y legislación. En Rosario, este martes, el movimiento Sin Barreras Rosario organizó el llamado Rallydad para exponer las dificultades que sortean a diario en la ciudad y, además, el desfinanciamiento de los programas nacionales tendientes a mejorarles la calidad de vida y garantizarle las prestaciones de movilidad y salud.
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A las 10, partieron desde San Martín y Córdoba en una movilización de 12 cuadras, en siete etapas, hasta el Pasaje Juramento, entre el edificio de la Municipalidad y la Catedral.
«No es un día de fiesta para nosotros. Es una fecha en la que queremos visibilizar que existen las personas con discapacidad, y que muchas veces no tenemos la oportunidad para mostrar nuestras capacidades«, explicó Daniel Galeano, de Sin Barreras Rosario.
«Le pusimos Rallydad porque la idea es mostrar, irónicamente, la gran cantidad de barreras que sufrimos en la cotidianeidad. Si hablamos de las arquitectónicas, están las veredas, las rampas, o la posibilidad de conseguir un trabajo», siguió el referente de los organizadores.
También se refirió a las políticas públicas, y en particular a la obra social Pami. En ese punto, mencionó la entrega de elementos ortopédicos. «Es un monumento a la inaccesibilidad», resumió sobre el «manoseo» de los afiliados y el tiempo de espera a los que están sometidos para acceder a lo que, ni más ni menos, son sus derechos.
Una de las prioridades de la agenda mundial sobre discapacidad es promover el liderazgo y la participación activa de las personas con discapacidad. En las últimas décadas, según la ONU, estas personas y las organizaciones que los representan impulsaron cambios clave en sus comunidades y encabezaron iniciativas que no solo promueven sus derechos y bienestar, sino que también fomentan el desarrollo inclusivo que garantice el acceso universal a servicios básicos mediante enfoques específicos y transversales. Sin embargo, son numerosas las deudas pendientes en mcuhas sociedades.
El transporte público, también
Uno de los reproches que quisieron hacer oír está enfocado en el transporte público por colectivos de la ciudad. En particular, por el «maltrato» de muchos choferes que se resisten a colaborar con el despliegue de las rampas (en los coches que las tienen) para que puedan ascender y descender con las sillas de ruedas. En esos casos, quedan a merced de la buena voluntad de los demás pasajeros.
Plazas y espacios históricos ajenos
Otro «monumento a la inaccesibilidad», sumó Galeano, es la plaza 25 de Mayo. «Tiene una sola rampa que está en muy mal estado», detalló. Peor incluso, dijo, es el espacio que eligieron como final de la movilización, el Pasaje Juramento. Y lo mismo sucede con el lugar histórico de la ciudad al que «comunica»: el Monumento a la Bandera. Allí, recordó, para algunos actos masivos hay que montar una rampa provisoria para que todos puedan ingresar.