La volatilidad mostrada por el dólar en las últimas semanas llevaron a los productores agropecuarios a frenar la venta de granos al sector agroindustrial, lo cual limitará el ingreso de divisas.
La venta de poroto de soja cayó más del 30% desde junio porque los productores creen que al gobierno no le quedará otro camino que acelerar la depreciación del peso.
Quienes recorren los campos confirman que los silobolsas están llenos y señalan un dato: se vendió menos del 30% de la cosecha, cuando debería haber llegado al 50%.
En el Banco Central estiman que los productores retienen unos US$ 3.000 millones en soja que se podría haber liquidado ya.
La crisis desatada por el freno a las importaciones primero y la renuncia de Martín Guzmán a Economía, hizo que la brecha cambiaria se ubique en el 130%.
«Se observa un ritmo muy lento de comercialización de la soja y una baja relevante en las últimas semanas, que tiene que ver al menos en parte con la volatilidad macroeconómica (tipo de cambio)», indicó un informe del IERAL, de la Fundación Mediterránea, que preside Carlos Melconian.
El informe estima que, de venderse casi 800 mil toneladas semanales de soja en mayo, se pasó a 540 mil en las últimas 4 semanas de junio y la primera de julio, una contracción del 32% en los volúmenes comercializados.
A fines de junio solo se había vendido el 27% de la cosecha de soja (11,4 millones de toneladas), cuando históricamente para esa fecha este porcentaje es del 45%.
Queda por liquidar el 73% de la producción, la cifra más alta de las últimas 15 campañas.
En cambio, no sucede lo mismo con el maíz, que mantiene un ritmo normal de venta.
A fines de junio se llevaban comercializadas 25 millones de toneladas del ciclo 2021/22, aproximadamente el 50% de la cosecha esperada.
Igual, se espera que la venta se demore ante un proceso de depreciación cambiaria y de tasas negativas contra la inflación.
En el último mes, el dólar contado con liquidación subió un 31%, mientras que el dólar oficial lo hizo solo 4,6%, elevando la brecha cambiaria del 87% al 133%.
Se espera que los productores demoren las operaciones que implican desprenderse de moneda extranjera o de un activo cuyo valor se encuentra directamente ligado al tipo de cambio, hasta tanto se recupere cierta estabilidad.