Estados Unidos, el Reino Unido y Francia hicieron anteanoche una demostración de fuerza a Siria en un “ataque de precisión” contra objetivos militares de ese país, que estuvo lo suficientemente calculado, según ellos, como para evitar una escalada del conflicto.
El ataque tuvo como objetivo almacenes de armas y un centro de investigación científica utilizado, según el Pentágono, para la investigación, producción y prueba de armas químicas y biológicas.
Lo que parecía una amenaza más de Donald Trump finalmente se convirtió en una realidad que puso los pelos de punta a buena parte del mundo. El mandatario norteamericano tuiteó ayer “misión cumplida” aclarando que no habrá más bombardeos si Siria no utiliza más armas químicas.
Si el mundo ya estaba dividido por la situación siria, los ataques no hicieron más que zanjar aún más esa división.
Como parte de la coalición que emprendió el bombardeo, la primera ministra inglesa Theresa May justificó las acciones al citar informes de inteligencia que indicaban que Siria usó bombas de barril para lanzar los químicos.
La tercera pata de la coalición la integra Francia. La ministra de Defensa francesa, Florence Parly, dijo: “Con nuestros aliados, nos aseguramos de advertir a los rusos antes de tiempo de lo que sucedería”, afirmó, además detalló que los ataques apuntaron a tres objetivos militares en el oeste de Siria.
Israel, Alemania, España, Turquía, Qatar y Arabia Saudita, otro acérrimo enemigo de Siria, se sumaron a los países que aprobaron la enérgica respuesta hacia el gobierno de Bashar al Assad.
Más leña al fuego
Si la situación en Medio Oriente ya era explosiva, los ataques encabezados por Estados Unidos no hicieron más que agregar leña al fuego.
El Kremlin señaló que con este ataque, Estados Unidos y sus aliados dan un respiro a los grupos extremistas y rebeldes que en los últimos meses han ido perdiendo territorio ante los avances de las tropas sirias y sus aliados.
El presidente ruso, Vladimir Putin, se quejó de que Occidente haya atacado Siria por una denuncia de un supuesto ataque químico horas antes de que lleguen los investigadores de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (Opaq) a corroborar si existió el ataque.
Otro aliado de Siria que posee bases militares en su territorio es Irán. “El ataque llevado a cabo contra el pueblo sirio es un crimen. Declaro sinceramente que el presidente estadounidense, el presidente francés y la primera ministra británica son criminales, no conseguirán nada y no sacarán beneficio alguno”, afirmó el guía supremo iraní ayatolá Ali Jamenei.
China, ajena al conflicto pero un gran jugador a nivel mundial se expresó con cautela al apelar a las partes afectadas a volver al marco del derecho internacional”, según lo expresado por Hua Chunying, portavoz de la diplomacia china.
En el cono sur el primero, y hasta ahora el único en repudiar los bombardeos, fue el presidente boliviano Evo Morales, quien asiste en Lima a la Cumbre de las Américas, condenó el “desquiciado” ataque contra Siria.
En su primer contacto con la población tras los ataques, el presidente sirio Bashar al Assad tuiteó que “Las buenas almas no serán humilladas” mientras en la calles de varias ciudades era aclamado por cientos de manifestantes a favor de su gobierno.
Andanada de misiles
Siria afirmó que unidades de defensa aérea derribaron 71 de los 103 misiles lanzados por Estados Unidos y sus aliados.Sin embargo, el teniente general Kenneth McKenzie, director del Estado Mayor Conjunto en el Pentágono, rechazó esa información.
Apoyo de Macri a la Casa Blanca
El presidente Mauricio Macri leyó un comunicado durante su participación en la Cumbre de las Américas de Lima, Perú donde, por un lado, llama a “preservar la paz y seguridad, evitando acciones que generen una escalada de tensión”, pero por otro indica que su gobierno “renueva su firme condena al uso de armas químicas tal como ha ocurrido en los últimos días en Siria”, lo que refuerza los argumentos de la Casa Blanca.