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Por necesidad, las pymes se financian no cumpliendo con los pagos a la Afip

Ricardo Diab, presidente de la Asociación Empresaria Rosario, explicó que no se trata de una “estrategia empresarial” sino que no les queda otra alternativa. El ente recaudador tomó nota y elevó los intereses a los morosos

La situación económica agobia a las pequeñas y medianas empresas y las medidas que toma el gobierno nacional afectan las pocas alternativas que encuentran para sortear el escenario recesivo. Diferir el pago de obligaciones con el fisco es una herramienta que utilizan para financiarse más barato que con los bancos. Pero la suba de los punitorios de la Afip golpea a las pymes que recurrían a ese mecanismo como alternativa ante la recesión y la presión tributaria que soportan.

Los empresarios remarcan que este tipo de financiamiento indirecto se da por una situación que los obliga y no por elección. Con todas las dificultades, deben afrontar tarifas, salarios, gastos primarios, y en último lugar queda la cuestión impositiva. Desde Afip les piden que no se financien con el Estado, pero responden que lo hacen porque no les queda otra alternativa.

El ente recaudador tomó nota y hace pocos días el gobierno nacional oficializó la suba de intereses para los morosos a través del Boletín Oficial: “Se hace necesario adecuar las tasas a las condiciones económicas actuales y evitar que contribuyentes morosos financien sus actividades mediante el incumplimientos de impuestos”. De esa manera los intereses resarcitorios (por atraso) y punitorios (cuando hay reclamo judicial iniciado) subieron de 3% y 4% respectivamente a 4,5% y 5,6% mensual a partir de marzo

Sin alternativa

Ricardo Diab, presidente de la Asociación Empresaria Rosario (AER), aseguró a El Ciudadano que las pequeñas y medianas empresas “no tienen otra alternativa” para financiarse porque “la presión fiscal es muy alta”. Explicó que diferir el pago de impuestos “no es una estrategia empresarial” sino “una alternativa que le queda al empresario”.

Según Diab, son cada vez más quienes “eligen priorizar salarios y servicios para seguir funcionando” en vez de cumplir con el ente recaudador.

El también vicepresidente segundo de Came reconoció que uno de los problemas más grandes se da cuando el empleador tiene que pagar salarios, tarifas, alquiler y gastos primarios con los pocos recursos que tiene: “Dejan los impuestos para lo último y si no pueden pagarlos, se financian con Afip. No pueden ir a un banco a pedir un préstamo porque es casi imposible”.

La otra alternativa para afrontar pagos, agregó, es cambiar un cheque, “algo que hoy es inviable” por los altos intereses que se cobran.

Con este escenario, la Afip pasa a ser un recurso de financiamiento indirecto “por obligación”, teniendo en cuenta que el empresario tiene esa opción (ahora al 4,5% y 5,6%) contra “un 100% anual para cambiar un cheque”.

Por último, Diab reconoció que el pedido de la Afip, incluso antes del anuncio de las subas, fue que las empresas no se financien con ellos.

Recaudar, no financiar

Por su parte Julio Jardel, tesorero de la Asamblea de Pequeños y Medianos Empresarios (Apyme) contó: “Desde la Afip dicen que esa función de financiar la tendrían que estar cumpliendo los bancos pero ellos mismos reconocen que las tasas son inaccesibles”. Desde el sector hubo pedidos por planes de pagos para sacarse de encima deudas aunque la respuesta no fue la esperada. Según Jardel “el argumento que expuso la Afip fue que no están para financiar, sino para recaudar”.

A pesar de esto, desde Apyme siguen insistiendo en el pedido por mejora en los planes de pago para cancelar deudas. El tesorero confesó a este diario: “Hoy con las restricciones que tiene la Afip para los planes de pago, se está haciendo cada vez más difícil”.

Jardel insistió en que el financiamiento habitual del sector se apoyó siempre en las entidades bancarias pero “con el panorama económico que hay con el banco, es muy difícil”.

Sin respiro

El economista Martín Kalos analizó en diálogo con El Ciudadano el anuncio que llevó la tasa de interés de deudas con la Afip del 3% al 4,5%. En primera instancia consideró que no es el momento para hacerlo: “Acá se pierde de vista que la Afip forma parte de un Estado que tiene un conjunto de políticas públicas, y ese conjunto de políticas públicas hoy no están dándole respiro a la producción”.

Por otro lado, agregó: “El problema no es el fisco, sino que el Estado no ofrece herramientas. Hoy las políticas públicas en su conjunto, incluyendo las medidas que toma Afip, generan ahogo”.

Kalos, que también dirige la consultora Economía Política y Comunicación Argentina (EPyCA), consideró que el escenario ideal sería que las empresas no tengan que recurrir a este mecanismo. “Las políticas públicas deberían ofrecer una forma de sobrevivir durante esta crisis, que indiquen como aguantar hasta salir adelante”, analizó.

Ante la crisis que se agrava por decisiones que echan más leña al fuego, Kalos pronosticó un escenario poco alentador: “Vamos a empezar a ver empresas que entran en concurso preventivo, no para quebrar, sino para pasar este momento y conseguir el dinero para pagar sus deudas”.

“No se trata de vivir del Estado”, dijo el economista sobre las empresas que se financian mediante la Afip, “se trata de que el Estado se haga cargo de que sus políticas las llevaron a la crisis y que no les da posibilidad de subsistir”.

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