En una sorpresiva elección, donde la asistencia de votantes superó en más de seis puntos porcentuales a la registrada en las primarias, los candidatos presidenciales del Frente para la Victoria, Daniel Scioli, y de Cambiemos, Mauricio Macri, terminaron en un virtual empate técnico en el orden del 35 por ciento de los votos. Al cierre de esta edición, con el 92 por ciento de las mesas escrutadas, Scioli acumulaba 36,3 por ciento de los votos, por sobre Macri, que reunía el 34,8 por ciento.
Con este resultado, los dos se volverán a enfrentar, esta vez mano a mano, en el balotaje del 22 de noviembre. Tercero finalizó Sergio Massa, de UNA, con el 21,20 por ciento de los sufragios.
Más atrás quedaron Nicolás del Caño, del Frente de Izquierda y de los Trabajadores (3,39 por ciento); Margarita Stolbizer, de Progresistas (2,5 por ciento); y Adolfo Rodríguez Saá, de Compromiso Federal (1,6 por ciento).
Con este resultado, el 22 de noviembre Macri y Massa se enfrentarán en el balotaje, que se dará por primera vez desde la reforma de la Constitución de 1994, cuando se estableció este mecanismo de definición. En 2003, la deserción de Carlos Menem evitó un enfrentamiento mano a mano con Néstor Kirchner.
Comparación con las Paso
En comparación con el resultado de las primarias del 9 de agosto pasado, Scioli bajó su participación del 38,69 por ciento de los votos hasta el 36,3 de ayer, mientras que Macri sumó unos 10 puntos porcentuales. Si para hacer la comparación se toman los votos que lograron en las Paso desde todo el frente Cambiemos, sumados el radicalismo y la Coalición Cívica, la diferencia es de 5 puntos porcentuales. Macri logró captar además la mayoría del voto que se sumó a la elección (algo más de un seis por ciento en relación a las Paso).
Massa fue otro de los candidatos que logró sumar un uno por ciento de sufragios, además de retener los votos de su contrincante en las Paso, el gobernador cordobés José Manuel de la Sota.
La espera del resultado
El primero en hablar poco después del cierre de los comicios fue Alberto Fernández, del Frente Renovador, quien reconoció que no habían logrado posicionarse para el balotaje.
Las manifestaciones siguientes fueron todas del búnker de Cambiemos, donde fue in crescendo la euforia a medida que llegaban datos de provincias como Mendoza, Santa Fe (ver aparte), Córdoba o distritos clave del Gran Buenos Aires, como Quilmes, donde el cocinero Martiniano Molina le arrebataba la intendencia a Francisco Barba Gutiérrez.
Sobre las 10 de la noche, Scioli salió a dar un discurso de campaña (ver página 4), donde le pegó duro a Macri y reconoció indirectamente que los votos –a esa hora de la noche no había datos oficiales- no le alcanzaban para ganar en primera vuelta. Por esa misma hora, desde el PRO festejaban datos de la provincia de Buenos Aires y se jugaban enteros por un balotaje que finalmente confirmaron los datos oficiales, en un sorpresivo virtual empate en el primer lugar con el candidato del FpV.
Massa fue el siguiente en hablar, cuando seguían sin aparecer los resultados oficiales en la página web del Tribunal Electoral. El diputado nacional no brindó pistas sobre un apoyo explícito a ninguno de los candidatos que lograron llegar a la segunda vuelta, y rescató en particular el triunfo de Gerardo Morales en la provincia de Jujuy.
Macri fue el último en hablar, poco después de las 23, en un clima de total algarabía. Finalmente, poco después de la medianoche, el ministro de Justicia Julio Alak y el director electoral nacional, Alejandro Di Tullio, anunciaron la publicación del 60 por ciento de las mesas escrutadas, que daban una escasa ventaja a Macri, la que con el paso de las horas se diluyó hasta un virtual empate técnico.
