A las 5 de la mañana del lunes pasado los operarios informáticos de la Secretaría de Tecnologías para la Gestión provincial dejaron de cargar datos al escrutinio provisorio de elecciones.santafe.gov.ar. Hasta hoy las mesas escrutadas son sólo el 90.6 %. Los provisorios nunca llegan al ciento por ciento. ¿Por qué? “Nadie contestaba los llamados. Los que no habían mandado los telegramas por fax o tenían errores se habían ido a dormir. Son jornadas maratónicas para los fiscales”, recuerda Ignacio Tabares a cargo de trasmitir a la población cómo les fue a los más de 900 candidatos para cargos locales en las Paso. ¿Qué pasó con los telegramas que faltaron? ¿Cómo es la carga de la que dependen periodistas y usuarios apretando la tecla F5 en los teclados? El Ciudadano recuperó cómo evolucionó el sistema de reporteo antes de internet, cuando un funcionario del Tribunal Electoral recorría a pie las escuelas buscando los resultados y los pasaba por el teléfono de la comisaría hasta lo más novedoso: la provincia hizo una prueba piloto para cargarlos con un teléfono celular y una tablet. En el medio quedó, como una estrella de cine vieja, el fax que vuelve cada elección para comunicar despacio los datos.
Fantasmas de lo nuevo
En 2017 el gobierno santafesino compró 500 máquinas de fax. Fueron para que todos los locales donde se votó pudieran trasmitir los resultados. Fue difícil conseguir los aparatos. Son casi una antigüedad. Salieron 5 mil pesos cada uno. “Con menos plata podríamos comprar lo necesario para el nuevo sistema que probamos en Rincón y Roldán”, admitió Tabares. El funcionario contó la mecánica actual de la carga de datos. La provincia tiene una mesa con operadores telefónicos que fue reforzada con más personal para las elecciones de 2017. Cuando cierra la votación esperan a que los telegramas fluyan por los faxes en las oficinas del Tribunal Electoral. Si tardan mucho llaman al lugar de votación en falta y preguntan qué pasó, y si no los pusieron junto a los votos de las urnas en el paquete que retira el correo. Piden que los manden de nuevo. También los reclaman si llegan borroneados o con casilleros en blanco. En cualquier caso, tienen que esperar que el pulso telefónico lleve las imágenes por la máquina que las traduce lentamente en papel. “Es un día largo y llegan muchos telegramas que están vacíos o les faltan datos. Cuando llamamos para reclamar, algunos ya cerraron las escuelas”, explicó Tabares y agregó que el recuento definitivo terminará esta semana.
Hito y futuro
Antes del fax y hasta el año 2000 Santa Fe tenía un sistema más humano. Una persona del Tribunal Electoral era asignada a una jurisdicción para ir local por local, juntar los telegramas y los pasaba a la sede central por el teléfono de la comisaría más cercana. Se llamaba el circuito 314 y era pensado según el tamaño del municipio o comuna. En un pueblo, con no más de 12 locales de votación, sólo necesitaban mandar a una persona. En Rosario funcionaba por seccional de Policía.
Tal como publicó El Ciudadano, el domingo 13 de agosto, durante las Paso, no sonaron faxes trasmitiendo en Rincón y Roldán, dos ciudades pegadas a grandes centros urbanos: Rosario y la ciudad de Santa Fe. Los resultados se cargaron por tablets y teléfonos celulares que forman parte de un novedoso sistema elaborado en Santa Fe para trasmitir por internet.
La innovación entra en juego al final del llenado de los documentos de los fiscales. La autoridad de mesa, en lugar de transcribir los números del pizarrón con una birome sobre las planillas de papel, los carga en una tablet. Una aplicación diseñada lo guía y le avisa si detecta una inconsistencia. Por ejemplo, si la suma de votos no coincide con el número de votantes. Una vez completada la carga, se imprimen las planillas mediante una impresora que se entrega como parte del kit. Los fiscales partidarios verifican las cifras y ponen las firmas junto con las de las autoridades de mesa. Luego la autoridad saca una foto a los documentos para el registro de las firmas. Con los aparatos se lee el código QR impreso en las planillas para tomar los datos digitalizados. El final es transmitir la imagen y el archivo al Centro de Cómputos. Al instante la autoridad de mesa puede saber si la carga de datos se hizo bien o tuvo algún problema. Lo muestra con colores: verde si salió todo bien, amarillo si tuvo errores y rojo por si no llegó. Cuando terminan las elecciones la tablet y el teléfono celular vuelven al Tribunal por si necesitan peritarlo por denuncias.
Los nuevos aparatos cumplen con protocolos de seguridad informática internacionales, tienen cargados sólo los programas para trasmitir y cuentan con firmas digitales de identificación.
La prueba del domingo fue supervisada por personal de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) y la Cámara Nacional Electoral. También participaron veedores de la ONG Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec).
Prueba aprobada con miras a los comicios de 2019
El éxito de la carga por internet se dio a horas que la gestión de Cambiemos volviera a la carga con la idea de voto electrónico, algo descartado en los países que lo probaron por hackeos, fallas y vulnerabilidad a maniobras fraudulentas.
La próxima prueba del sistema será en las mismas ciudades (Roldán y Rincón) durante las elecciones generales del 22 de octubre. Participarán las mesas que no lo hicieron en las Paso. Si todo sale bien será una opción para las elecciones de 2019.