Este 1° de agosto los pueblos indígenas de América Latina celebran el día de Pachamama o día de la gran Madre Tierra. Se trata de una celebración que se realiza para agradecer, pedir y bendecir los frutos que ofrenda la Pachamama. “Pacha” significa universo, mundo, tiempo, lugar, mientras que “Mama” es madre.
La creencia andina menciona que en estos 20 días es el tiempo de adoración a la Madre Tierra, época de agradecimiento por las cosechas y el buen tiempo, por los animales y la abundancia del suelo. Por eso, el primer día de este mes se revive la costumbre ancestral de gratitud a la tierra, un rito que sobrevivió a la colonización española y traspasó fronteras.
Los rituales de esta tradición fueron variando con el tiempo, tomando distintas formas y enriqueciéndose con los legados culturales, históricos y sociales de diferentes comunidades. Es así que, de acuerdo a las costumbres ancestrales de cada pueblo, cambia el modo de celebración.
En Argentina, desde el 2013 y por una ley del Congreso de la Nación, cada 1 de agosto Jujuy es Capital Nacional de la Pachamama. En la provincia el Gobierno local decretó asueto escolar y administrativo en atención a la mayoría de la población.
Para los pueblos originarios, las ofrendas «tienen un significado de reconciliación con las fuerzas espirituales, tendientes a avanzar hacia el equilibrio de los sistemas naturales, sociales y religiosos», se indica en el texto.
Las festividades cobran mayor fuerza en la zona de la Quebrada de Humahuaca, donde las comunidades originarias -al pie del monumento a los Héroes de la Independencia- realizan oraciones y ofrendas a la Pachamama y reivindican conceptos de la cosmovisión andina.