Negocios cerrados, otros con mercadería echada a perder, edificios sin ascensor disponible, interiores tórridos ante la imposibilidad siquiera de aliviarlos con un ventilador, clientes que van de compras con linterna. Todo un caos en Rosario en una jornada de miércoles para la que el servicio meteorológico anuncia una temperatura máxima de 40 grados.
Todo lo anterior, por los cortes del servicio de energía eléctrica ya sea por desperfecto o colapso de infraestructura o por interrupciones «programadas» en muchos casos confusas y con horarios extendidos varias horas más que los anunciados. La prestadora estatal EPE justificó la situación en la persistencia de una ola de calor y el consiguiente mayor consumo, en particular, para acondicionar los ambientes.