Si internarse entre góndolas de supermercados en busca de precios que encajen con el bolsillo ya era una odisea antes, ahora, con una lista de 500 productos ya es un viaje de turismo de aventura. El acuerdo de precios impulsado por el gobierno nacional dispuso el freno sobre el precio de medio millar de productos hasta octubre y abrió el juego a organizaciones sociales y políticas para que los propios usuarios hagan los controles. Pero ya desde su implementación aparecieron quejas: en Rosario distintos productos se podían encontrar a precios más bajos que los acordados, con lo cual el congelamiento pasaba a ser aumento; además, se cuestiona la falta de artículos en los comercios adheridos y hay quienes aseguran que “no todos son los más económicos”, dado que varios pertenecen a primeras marcas. Una a favor es que las cadenas adheridas están remarcando con colores llamativos los productos incluidos, para una fácil ubicación del consumidor, y desde las ONG de consumidores destacan que el acuerdo se está aplicando con “normalidad”. Resta ver si alcanza para pasar el invierno.
“El acuerdo se está llevando a cabo con normalidad, salvo por algunos productos que no están en las góndolas, por diferentes cuestiones, entre ellas porque algunas marcas no son trabajadas por los supermercados”, explicó a El Ciudadano Christian Galindo, de la Red Argentina de Consumidores.
El titular de la ONG detalló que el relevamiento gestionado desde la Red incluyó a Carrefour, La Gallega y Coto. De la primera cadena mencionó que los precios de los artículos congelados aparecen en las góndolas con un cartel muy pequeño: “Casi se confunde con los demás productos”, advirtió. Sin embargo, marcó tanto la cadena local como la nacional “lo hacen con color fuerte, verde o azul, diferenciando la oferta habitual de cada empresa, lo cual beneficia la búsqueda del consumidor”.
Asimismo, advirtió que “no todos los productos del acuerdo son de precios bajos”. Como ejemplo, marca que están incluidos los saquitos ensobrados para mate cocido, “que siempre son más caros” que los saquitos sin sobre. “También hay primeras marcas que siempre van a tener un costo mayor al producto de la lista, pero que se ajusta al presupuesto del consumidor”, completa Galindo.
Amas de casa en alerta
Mientras tanto, desde la organización Amas del Casa del País sostuvieron que el acuedo de congelamiento es “sólo una manera de tapar la inflación que sigue su camino”. Y pusieron como ejemplo nada menos que al pan, “un elemento de primera necesidad, que aumentó su precio la semana pasada, y promete seguir en suba”.
Rosana Menéndez, integrante de Amas de Casa, se mostró alarmada con la propuesta nacional: “Es evidente que si ponen una lista de 500 productos de precios congelados, es porque se quiere tapar la inflación que no tiene techo en este país. Además quedan fuera de la lista alimentos de primera necesidad”, remarcó. Y recordó que “en una familia carenciada” un mate cocido y un pedazo de pan “eran la cena”, pero hoy “el pan es un alimento de lujo”.
Asimismo, denunció que en algunos casos “los precios en góndola no terminan siendo los mismos que los que cobran en caja”, lo cual es violatorio de la ley, más allá del acuerdo de congelamiento.”Hemos recibido denuncias de que en caja deben abonar un precio mayor. Parece que la inflación es más rápida que el señor remarcador de precios”, ironizó Menéndez.
“Esta medida enfrenta pobres contra pobres, porque los negocios de los barrios no pueden adherirse y son los que nos acercan los precios más accesibles. De hecho se tiene la costumbre de vender productos fraccionados, a bajo precio, lo cual ayuda a la economía de toda una familia”, cuestionó la integrante de la ONG.
En paralelo, Menéndez también señaló que muchos comedores o copas de leche de los barrios han incrementado la cantidad de raciones que deben otorgar, “porque los sueldos no alcanzan” para poner comida en la mesa de los hogares.
“Hemos encuestado a compradores a la salida de los grandes supermercados, preguntándoles cuánto han comprado con 100 pesos. Tenemos que tener en claro que de esos 100 pesos van 21 al IVA, y quedan para uso de las campañas políticas, nunca para una mejora educativa, o algo por el estilo. Así que, en total, ese consumidor gastó 79 pesos, pero debió regalar al Estado 21. Y con esos pesos podríamos haber comprado un kilo de pan y un litro de leche”, dijo.
Por otro lado, recordó que los grupos de Amas de Casa del País están en plena colecta de firmas. “Esperamos que algún diputado las tome y dé lugar a nuestro proyecto de quitar el impuesto al valor agregado (IVA) a los productos de primera necesidad. Espero que con esto se entienda que la tintura para el pelo, la pastilla para el inodoro, el champagne y el caviar no entran en esta lista”, concluyó.
Lo “básico” suma ya 8.172 pesos
El Centro de Estudios Sociales y Acción Comunitaria (Cesyac) difundió su “relevamiento de precios al consumidor base Rosario” de mayo. Así, según la cuenta una familia tipo necesitó 8.172,89 pesos para vivir. De esta cifra, 2.545,51 pesos se destinaron para productos de consumo masivo (comestibles, bebidas, artículos de limpieza); y los servicios básicos para el hogar (alquiler, impuestos, transportes) sumaron 5.627,38 pesos.
El referente técnico de la medición, Fernando García, indicó que el trabajo incluyó a 40 firmas, comercios y empresas de la ciudad, que fueron visitadas o encuestadas telefónicamente sobre 50 productos y 19 servicios. Según el relevamiento, el consumo básico para una familia tipo en mayo aumentó 0,89 por ciento respecto de abril. Este incremento, explicaron desde el Cesyac, se debió sobre todo a las subas registradas en la cuota de la medicina prepaga (8 por ciento), y combustibles (2,5 por ciento), entre otros ítems de menor impacto.
El director ejecutivo de Cesyac, Marcos Aviano, señaló que también se registró un amesetamiento en las góndolas: “La verdad que fue muy interesante lo ocurrido en estos primeros 12 días de congelamiento de precios, porque se vio en los alimentos la tendencia al parate de los aumentos, y eso es beneficioso para el consumidor”.