Los datos oficiales del gobierno de Mauricio Macri indican que en 2016 se tomaron cuatro litros menos de leche por habitante respecto de 2015.
Los precios de los lácteos se dispararon 40 por ciento en 2016 y el consumo de estos productos de primera necesidad se derrumbó hasta niveles de 2002, momentos en los que el país atravesaba una profunda crisis económica.
La demanda de leche en polvo -consumida mayoritariamente por los sectores más humildes de la población- se derrumbó un 45 por ciento en los doce meses del año pasado, hasta alcanzar la marca más baja en lo que va de este siglo.
Lejos de recuperarse en el arranque del 2017, el sector lácteo registró una sostenida baja en la demanda de sus productos durante el primer trimestre, según estadísticas oficiales del ministerio de Agroindustria.
Los datos oficiales del Gobierno indican que en 2016 se tomaron cuatro litros menos de leche por habitante respecto de 2015, lo que significó una baja del 9,2 por ciento.
La ingesta por persona se redujo así a 40,1 litros anuales, el nivel más bajo desde 2002.
En leche en polvo, la demanda se derrumbó un 45,2 por ciento interanual y pasó a 1,6 kilos por habitante, la marca más baja de todo el siglo XXI.
Diez años atrás se consumía 4,43 kilos de leche en polvo, una marca que casi triplica el consumo actual.
El consumo de yogures tuvo récords de caída anual del 9,4 por ciento: se compraron en 2016 menos de 10 kilos por persona, algo que no pasaba desde 2004.