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Prefectura continuará buscando la lancha del joven rosarino

Ayer por la mañana se realizaron las primeras observaciones sobre el cadáver de Gabriel Fernández Arostegui, el joven de 23 años que estuvo una semana desaparecido en el río y cuyo cuerpo sin vida fue hallado anteayer en la costa del Paraná a la altura de Arroyo Seco.

Ayer por la mañana se realizaron las primeras observaciones sobre el cadáver de Gabriel Fernández Arostegui, el joven de 23 años que estuvo una semana desaparecido en el río y cuyo cuerpo sin vida fue hallado anteayer en la costa del Paraná a la altura de Arroyo Seco.

Esos primeros estudios se hicieron de inmediato en el Instituto Médico Legal de Rosario, y con conocimiento del fiscal de Victoria, Jorge Taleb, quien investiga el caso por razones de jurisdicción. El fiscal ordenó a la Prefectura continuar la búsqueda para encontrar la embarcación a motor en la que Gabriel había cruzado el brazo principal del río, rumbo al Embudo.

Según se informó, los exámenes arrojaron como resultado que “hasta el momento” no se encontraron indicios de intervención de terceros en el deceso del joven.

La directora del Instituto Médico, Alicia Cadierno, brindó detalles de los exámenes preliminares y detalló: “No tenemos ningún elemento para considerar que hubo intervención de un tercero en el fallecimiento de este joven. Hasta ahora la franca sospecha es que la causa de muerte fue asfixia por sumersión”.

Cadierno deslizó que la institución tiene experiencia en el tema: “En esta época, llegando al verano, son comunes los casos de asfixia por sumersión”, dijo.

En ese marco describió que en estos casos el cadáver demora en subir a la superficie. “Una vez que se insufla por los gases de la descomposición, el cuerpo se eleva siempre y cuando no esté sujetado por algún elemento del río”, explicando así la demora en encontrar el cadáver.

De igual modo, la directiva advirtió que quedan otros exámenes por hacer: “Se ha reservado material para otros estudios para seguir avanzando en la investigación”.

Y en el final insistió que “no hay ninguna lesión traumática que pudiera causar la muerte de este joven”.

Esto contradice la versión que manejaba la familia, que siempre sospechó de “algo raro”, ya que la ropa y la mochila de Gabriel aparecieron en la costa de la isla, donde estaba además su perra, sana y salva.

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