Católicas por el Derecho a Decidir
Católicas.org.ar
Marta Alanis, fundadora de Católicas por el Derecho a Decidir Argentina (CDD) y de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, será galardonada con el premio Joan B. Dunlop, otorgado por la Coalición Internacional por la Salud de las Mujeres (IWHC), por su “incansable trabajo por los derechos sexuales y reproductivos y la lucha por la justicia social”.
Marta será distinguida por su trayectoria en Católicas por el Derecho a Decidir Argentina, como fundadora, presidenta y coordinadora; su rol de liderazgo en la Campaña nacional y su comprometida colaboración con la IWHC. En el mismo acto, Marlene Hess, quien deja el cargo de presidenta de dicha institución, recibirá el reconocimiento al “Liderazgo Visionario” de la IWHC, el cual “conceptúa su extraordinaria labor filantrópica y defensa de la salud y derechos de mujeres y niñas en todo el mundo”.
La entrega del premio tendrá lugar en la gala anual de la IWHC, este miércoles 10 en el Centro Mandarin Oriental de Nueva York.
La IWHC es una institución mundial destacada en la promoción de políticas orientadas a la salud sexual y reproductiva y los derechos de las mujeres, jóvenes, niñas y adolescentes, en África, Asia, Europa del Este, Latinoamérica y Medio Oriente. La organización impulsa desde 1984 una agenda de apoyo y fortalecimiento a líderes y organizaciones que trabajan a nivel comunitario, nacional, regional y global. Y con ella, Católicas por el Derecho a Decir trabaja desde hace más de una década en diferentes proyectos en Argentina y a nivel regional.
Tras la Marea Verde que trascendió fronteras generacionales, políticas y regionales, la IWHC reconoce en Marta Alanis un “liderazgo sobresaliente en la promoción de la salud y los derechos sexuales y reproductivos en el Sur Global”. Este proceso, conocido como “la revolución de las hijas”, o la irrupción masiva en las calles de “las nietas de las brujas que no pudieron quemar”, demuestra el pasaje generacional logrado entre las jóvenes herederas y aquellas feministas que entraron en la historia de Argentina con la creación del Encuentro Nacional de Mujeres, que se hace cada año desde 1986, y la generación de redes feministas que conquistaron muchas de las leyes de género que se concibieron las últimas tres décadas en la Argentina.
“Alanis es protagonista de ese pasaje cuyos componentes fundamentales para su éxito son la construcción de procesos colectivos y el entramado de alianzas trasversales”, destacó CDD. Bajo estas premisas Marta se desempeñó como articulante de la Campaña por el aborto en la Argentina y pertenece a la comisión de Cabildeo, la cual lleva adelante las relaciones políticas e institucionales en el debate parlamentario del proyecto de ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE). La iniciativa se presentó en siete periodos consecutivos, pero no obtuvo tratamiento legislativo hasta 2018. “A pesar de haber sido rechazada, la gran movilización y el marco de alianzas construidas cimentó la posibilidad de fortalecer la demanda y la lucha hacia la ampliación de derechos y la autonomía de mujeres, niñas, jóvenes y adolescentes”, destacaron desde CDD.
Las propias palabras de la IWHC realzan a Marta Alanis: “Ha abogado por la justicia social y los derechos de las mujeres en Argentina durante casi tres décadas. Es una líder muy respetada del movimiento feminista y fundadora de la organización ganadora de IWHC, Católicas por el Derecho a Decidir (CDD-Argentina) y La Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito. En el verano de 2018 sus décadas de activismo tuvieron su apogeo, cuando el mundo fue cautivado por imágenes de mujeres argentinas que formaban una «ola verde» en demanda del derecho al aborto. Aunque el proyecto de ley para despenalizar el aborto fue derrotado por pocos votos en el Senado, el trabajo de Alanis y sus aliadas cambió para siempre el panorama de los derechos de las mujeres en el país”.
Desde 2003, Católicas por el derecho a decidir junto a la IWHC ha desarrollado un trabajo amalgamado y en sintonía con el reconocimiento de derechos humanos, la salud y la igualdad de las mujeres y las niñas como esenciales para la justicia social, ambiental y económica para todas y todos. “La IWHC ha acompañado cada proceso y etapa de CDD, se han enlazado vínculos, proyectos notables y trascendentes que se refrendan en la identidad propia, en cada actividad realizada en conjunto y en el crecimiento de ambas organizaciones. Este galardón es la expresión del reconocimiento a esta estrecha y afectuosa alianza”, destacó la organización Católicas por el Derecho a Decidir.
El premio Joan B. Dunlop lleva el nombre de la fundadora y primera presidenta de la IWHC entre 1984 y 1998. Joan extendió el alcance y la visibilidad de IWHC y dio forma a su papel crucial en el desarrollo de políticas globales durante sus 14 años como presidenta. Cuando Joan se retiró, la IWHC estaba desempeñando un papel importante en influir en las políticas de los gobiernos y las agencias de las Naciones Unidas para garantizar que los derechos humanos de las mujeres estuvieran en el centro de las políticas de población. IWHC ayudó a movilizar a defensores de la salud y los derechos de las mujeres de todo el mundo en la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo de 1994 y en la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer de 1995 y continúa haciéndolo hasta el día de hoy.
El exilio la vistió
El Ciudadano entrevistó a Marta Alanis en su paso por Rosario, el 15 de septiembre de 2017, para dar una conferencia en el marco del aniversario de ese año de la Campaña Nacional por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito. Ante este diario, la dirigente recordó sus inicios en el feminismo, cuando, en 1992, escuchó a Ivone Gebara, una monja y filósofa brasileña considerada una de las referentes de la teología feminista, explicando qué era el patriarcado.
Alanis participaba entonces de un seminario con personas con las que compartía la fe, y también la persecución: ella misma, por su oposición a la jerarquía de la Iglesia Católica en los 70 debió partir al exilio. Estuvo en Francia y en México antes de aterrizar cinco años en la Revolución Sandinista, que ocupó el poder en Nicaragua en 1979.
Allí Alanis conoció a los curas y hermanos Ernesto y Fernando Cardenal y entendió que el cristianismo podía ser revolucionario de la mano de los movimientos populares. Ya de vuelta en Argentina encontró en la defensa de los derechos de las mujeres el vínculo entre la religión y la militancia.