El Laboratorio de Hemoderivados de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) recibió el Premio al Servicio Público de Excelencia que otorga la Organización de Naciones Unidas (ONU). El laboratorio no tiene fines de lucro y produce medicamentos e insumos médicos que venden a bajo costo y donan a instituciones educativas y médicas de Argentina, Uruguay, Chile y Paraguay. “Nosotros creemos que donde hay una necesidad de salud, hay un derecho y queremos que ese derecho a la salud pueda ser ejercido”, afirmó Pascual Fidelio, director ejecutivo del laboratorio.
La distinción, que el organismo internacional entrega desde 2003, busca “promover y apoyar la innovación en la prestación de servicios públicos a nivel global” para alcanzar los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible. “Nosotros entramos al pacto global de la ONU y nos comprometimos a trabajar con los objetivos de salud y bienestar, que es donde nos presentamos y ganamos –explicó Fidelio a PáginaI 12– Estamos muy contentos porque es un reconocimiento a un modelo de institución, de organización y de funcionamiento para el cual fue creado este laboratorio y nos impulsa a seguir siendo innovadores, creativos y una referencia para la producción pública de medicamentos”.
El Laboratorio de Hemoderivados nació gracias a un proyecto de estudiantes de la UNC que quería producir medicamentos hemoderivados, utilizados para tratar enfermedades como el cáncer, lupus, la hemofilia o inmunodeficiencias. El 21 de mayo de 1964, el presidente Arturo Illia firmó el decreto que permitió la creación de esta planta, la primera en América Latina. “El doctor Illia donó fondos de la presidencia para la construcción de la planta y la universidad puso una parte igual de dinero y ese mismo año empezaron las obras. En 1974 salió el primer producto que fue albúmina sérica humana y a partir de ahí el laboratorio no paró de crecer”, contó Fidelio. Además de los hemoderivados, el laboratorio produce fármacos inyectables de pequeño volumen y piezas óseas para traumatología y odontología.
Los medicamentos hemoderivados son producidos a partir de las proteínas del plasma (la parte líquida de la sangre) que proveen los bancos de sangre de Argentina, Chile, Uruguay y Paraguay. “Nosotros trabajamos con los ministerios de Salud de esos países porque, para ingresar a la Argentina, ese plasma debe tener ciertos estándares de calidad certificados fehacientemente y trabajamos para mejorar la calidad de los bancos de sangre”, señaló el director del laboratorio. Fidelio explicó que se realiza “un trueque” entre los bancos y el laboratorio: los bancos “en lugar de tirar el plasma lo mandan a nuestra planta” y, a cambio, reciben medicamentos e insumos.
“Acá no hay plata de por medio. Nosotros hacemos el cálculo del costo de ir a buscar el plasma, hacer los controles de calidad y producir el medicamento. Una parte de los medicamentos nos los quedamos para insertar en el mercado y la otra la mandamos. Devolvemos la materia prima hecha producto o insumo”, detalló Fidelio y sostuvo que, de esta forma “se garantiza la transparencia”. “Este es el modelo que ellos (la ONU) se dieron cuenta de que es único en el mundo”, agregó.
El laboratorio también comercializa los medicamentos en todo el país a través de distribuidores. “Nuestros precios son siempre los más bajos del mercado a igual producto y calidad que un medicamento internacional, pero nuestro fin no es el lucro sino que tenemos un fin social”, afirmó Fidelio.
El Laboratorio de Hemoderivados, además, dona parte de su producción a hospitales, clínicas y sanatorios y a personas que no pueden pagar el precio de los medicamentos que necesitan. “También producimos medicamentos a los que llamamos ‘huérfanos’, que son los que la industria farmacéutica no hace porque son para tratar enfermedades poco frecuentes y no les resulta un negocio rentable”, agregó Fidelio.