El Instituto Nacional del Agua (INA) actualizó sus proyecciones con relación a la altura del río Paraná para la región y en un informe detalla que la situación sigue siendo desfavorable. Gonzalo Ratner, subdirector de Defensa Civil, planteó que la bajante del río produce riesgos tanto para la navegación como para los bañistas. En la navegación porque con la bajante quedan descubiertos bancos de arena o troncos que habitualmente no se ven y puede ser peligroso para la embarcación. Además pidió a la población que sólo se bañe en los lugares habilitados: «La barranca dentro del agua está muy cerca de la costa, se pasa de poca profundidad a mucha profundidad de golpe. Es necesario que sólo se sumerjan al agua en lugares donde hay guardavidas».
El informe del INA detalla que «no se esperan eventos que puedan aliviar sensiblemente la situación de escasez y bajante que predomina en la región» y el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) evaluó que existe un 80 por ciento de probabilidad que el fenómeno del Niño «se sostenga hasta el año que viene, si eso no cambia la bajante seguirá hasta entonces».
Ratner explicó que «no es que no va a llover pero las lluvias serán por debajo de lo normal entre noviembre y enero al menos. No se esperan lluvias que regularicen el promedio».
Por su parte, el jefe de Prefectura de Rosario Walter Rosende agregó que Argentina mantiene conversaciones con los países vecinos «a los efectos de coordinar la erogación de agua al río Paraná a través de las represas, más precisamente Itaipú» –represa binacional entre Brasil y Paraguay–. El informe detalló que «la evolución de los caudales provenientes de las altas cuencas dependerá fuertemente de las lluvias sobre las áreas de respuesta hidrológica más rápida».
Rosende habló de las tareas de control y seguridad que efectúan sobre buques mercantes –que transportan granos y otros productos, se dirigen a los puertos– y embarcaciones deportivas –lanchas, botes a remo, kayaks, motos de agua–.
Las tareas van en varios sentidos. Desde garantizar que tengan las habilitaciones correspondientes, que cumplan con las medidas de seguridad para la embarcación y sus pasajeros hasta el cumplimiento de las disposiciones sanitarias en el marco de la pandemia.
En relación a la bajante del río, se requiere «que las embarcaciones utilicen la velocidad mínima y necesaria de gobierno, que estén en permanente contacto y comunicación con la información meteorológica para evitar cualquier cuestión que pueda afectar la seguridad de la embarcación, se le exige a la persona que conduce tenga la habilitación correspondiente de acuerdo a la potencia y categoría que exista y que tenga la documentación de la embarcación y los elementos de seguridad acorde a la cantidad de pasajeros que lleva».
Además, los barcos más pequeños deben navegar cerca de la costa y dejar el canal principal para los buques mercantes. Ante la bajante del río hay menos espacio, deben tener más cuidado para no navegar próximos.
Desde el sábado 31 de octubre, a través del decreto 1186/2020, el gobierno provincial autorizó la pesca y las actividades náuticas recreativas. Entre otras cosas, indica que tiene que haber un porcentaje de ocupación de la capacidad de la embarcación, en un 50 por ciento» para garantizar suficiente distanciamiento físico en el marco de la pandemia.
Rosende contó que existe una gran cantidad de clubes y guarderías que aún no ha podido bajar sus embarcaciones debido a la bajante extraordinaria del río. En este sentido, hay menos movimiento en los canales de navegación porque hay menos embarcaciones. Por otra parte, manifestó que hasta ahora no advirtieron ninguna fiesta o reunión social arriba de los distintos barcos –sobre todo considerando que el último fin de semana circularon imágenes de mucha gente aglomerada en fiestas clandestinas en la isla–.
El jefe de Prefectura contó que siguen trabajando con los mismos cuidados de siempre que se extremaron por la pandemia. En los puertos realizan tareas de control junto con las autoridades sanitarias.