El informe semanal que elaboran el Ministerio de la Producción y la Bolsa de Comercio de Santa Fe indica que si bien las condiciones climáticas vienen favoreciendo el desarrollo de los cultivos, al mismo tiempo «produjeron el estampido de las malezas».
«Desde la segunda quincena de enero se revirtieron las condiciones climáticas de características secas y volvieron las lluvias», explica el trabajo, con lo cual se generaron «escenarios muy favorables para el desarrollo de los cultivos».
No obstante, «también produjeron el estampido de las malezas, observándose su numerosa presencia en los distintos cultivares, demostrando la deficiencia en los manejos, ya sea por contingencias climáticas o cuestiones económicas».
En el caso del maíz, la presencia de malezas «afectarían la calidad de la cosecha» que se lleva a cabo en estos días.
El grado de avance de la trilla hasta la fecha fue del 70%, con un progreso intersemanal de 13 puntos y un adelanto de 15 puntos porcentuales si se lo compara con la campaña pasada.
En cuanto a los rendimientos, en los departamentos del norte (9 de Julio, General Obligado, Vera y norte de San Javier) los mínimos fluctúan entre los siete y 12 quintales por hectárea, en tanto los máximos van desde los 35 hasta los 51 quintales, con lotes puntuales de hasta 68.
En el centro (departamentos San Cristóbal, San Justo, Castellanos, Las Colonias y La Capital) los mínimos están entre los 45 y 55 quintales, los máximos oscilan entre 60 y 85, con lotes puntuales de hasta 90 quintales por cada hectárea.
Finalmente, los rendimientos del sur del área de estudio (departamentos San Martín y San Jerónimo) van de mínimos de entre 24 y 32 quintales a máximos de entre 75 y 90 quintales, con lotes puntuales de 95 y 110 quintales.
La aparición de malezas afectó también a los lotes sembrados con soja de segunda, que sumado a encharcamientos y mortandad de plantas hace que se observe una importante superficie sembrada no uniforme, irregular o heterogénea.
En ese sentido, un 60% de los sojales se encuentra en buen a muy buen estado, pero un 20% «reaccionó más lentamente, dadas las precipitaciones irregulares o a la etapa fenológica en que se encontraban», en tanto el 20% restante continúa «en situación irreversible, con pérdida por mortandad de plantas».