Apenas la bola bajó del salto inicial y Ginóbili la estaba volcando en el aro uruguayo. Repuso Uruguay y la defensa argentina en las largas manos de Scola robó el balón. Mensaje enviado, Argentina fue una pesadilla en su zona y un sueño en ataque para un arranque de10 a0 contundente frente a los de Jauri, que no podían darle la bola a Batista y dependían del gol externo
Lo del equipo de Lamas fue impresionante en ambos costados con un Scola increíble (10 puntos, 5 rebotes en ese segmento) y una superioridad abrumadora para el 25 a 7 del cuarto inicial. Y con el regreso de Delfino como plus.
El técnico uruguayo se cansó de mover el banco, gastó todos los tiempos muertos que le permitieron y gritó a más no poder buscando una reacción, pero no había lugar ni siquiera para la tradicional garra charrúa. La brecha se fue a 42 a 10, con contragolpes, lujos y una defensa que le sacaba el balón de las manos a los rivales.
Fue otro primer tiempo en gran nivel ante un adversario superior al del debut y una buena prueba de cara al próximo compromiso, que vendrá tras la jornada libre: Puerto Rico.
La segunda mitad fue una continuidad de la paliza argentina, con recambio, actitud e intensidad para aprovechar cada minuto y respetar a un rival que fue dominado de principio a fin.
Lo de Scola fue excelente, pero todos y cada uno de los jugadores de Argentina se brindó entero en cada jugada para ampliar la ventaja y para darle al público la chance de disfrutar un gran partido, sólo que con un único equipo como protagonista.
El cuarto final Uruguay lo usó para probar una zona y mover a los jugadores de recambio con los titulares sentados en el banco, y el equipo argentino para hacer correr los minutos hacia una nueva victoria contundente y merecida. Se viene lo más complicado y lo mejor. Pero equipo sobra.