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Presentan el libro «Paisajes del pasado. Relatos e imágenes de una comunidad obrera»

Algunas décadas atrás Daniel James y Mirta Zaída Lobato llegaron a ciudad de Berisso, el primero buscando la historia del peronismo y la segunda el pasado del trabajo en los frigoríficos

Paulo Menotti / Especial para El Ciudadano

¿Qué es lo que conforma o hizo a una comunidad obrera?, ¿cómo se constituyó su historia?, ¿cómo la recuerdan sus habitantes y de qué manera resignifican sus espacios? Algunas décadas atrás Daniel James y Mirta Zaída Lobato llegaron a ciudad de Berisso, el primero buscando la historia del peronismo y la segunda el pasado del trabajo en los frigoríficos.

Ambos escribieron libros emblemáticos como Resistencia e integración y Doña María, y La vida en las fábricas, entre otros. La búsqueda no quedó allí y en 1997 decidieron iniciar un nuevo proyecto de investigación sobre esa comunidad obrera. El nuevo camino no fue sencillo y, con extenso recorrido, resultó en su nuevo libro Paisajes del pasado. Relatos e imágenes de una comunidad obrera, en el que reúnen documentos, testimonios, cartas, fotografías e impresiones de lugares que ellos mismos visitaron. Antes de su presentación este miércoles 24 de julio, a las 18, en Biblioteca Argentina (Pasaje Álvarez 1550), los autores se entrevistaron con El Ciudadano para brindar sus expresiones sobre la
construcción de este libro.

A cuatro manos

En 1997 James y Lobato decidieron iniciar un proyecto de investigación que denominaron “Berisso obrero” y el plan original tomó sus años.

“Son muchos años y como en todos los trabajos tenés momentos de mucha actividad, intensidad, discusión que son muy estimulantes. También tenés otros momentos de chatura que produce un cierto enojo con la propia investigación. También están las tradiciones.

Porque Daniel tiene una formación y una tradición historiográfica y yo tengo otras, y hay que compaginarlas y eso requiere un esfuerzo porque no es una cosa fácil. Eso también es un desafío para cualquier investigación”, explicó Lobato y James agregó: “Un aspecto de eso es aún más pragmático y tiene que ver con la diferencia de tiempos, de ciclos entre el norte, allá y el sur, acá. Cuando yo tengo tiempo libre en el verano de allá, venía acá y Mirta estaba ocupada con las actividades, con su trabajo en la universidad”.

Sin embargo, ese tiempo no fue solo de análisis y redacción sino que también de recorrer volver a visitar lugares, testimonios e imágenes. En ese tiempo fueron apareciendo nuevas lecturas, nuevos enfoques, además de miradas distintas.

Calle Nueva York 1996-Foto: Norberto Gullari

 

Una calle con historia

Paisajes del pasado es el fruto de ese largo recorrido que hicieron Mirta Lobato y Daniel James y lo cristalizaron en cuatro, también extensos, capítulos en los cuales abordan la historia, la memoria de Berisso desde distintas perspectivas. El primero está dedicado a la calle Nueva York, la principal arteria de la ciudad en la que confluían los dos frigoríficos, los trabajadores y trabajadoras, y el resto de la comunidad.

“Hay una idea que me parece que va más al fondo y tiene que ver con la importancia del espacio. El espacio, dice Gastón Bachelard es tiempo comprimido. Y si el tiempo es el elemento más importante de la historia, lo que importa en ese tiempo es cómo cambia el espacio. El espacio no es el paisaje y por eso nosotros hablamos en algunos momentos de paisajes étnicos, por ejemplo.

Incluso, en el capítulo de la calle, el paisaje de la Nueva York va cambiando”, explica Lobato y agrega: “Un paisaje está en las memorias de Lito Cruz, entre otros. Entonces, un paisaje es una construcción cultural que viene de la gente. Nosotros estamos observando cómo se construye y cómo va cambiando”.

Cómo son los frentes de esa calle, a qué responden sus construcciones, cómo es el interior de las casas, cómo las habitaron o habitan sus vecinos y vecinas, qué nombres llevan las calles y por qué, son algunas de las cuestiones que surgen del análisis de la simbólica calle Nueva York, entre otras.

Foto: Norberto Gullari

 

Migrantes e inmigrantes

Berisso tiene mucho de parecido al rosarino barrio Saladillo o a Pueblo Nuevo de Villa Gobernador Gálvez, porque éstos se convirtieron en barrios obreros gracias al trabajo ofrecido por los frigoríficos. Allí llegaron muchos inmigrantes de Europa del Este “porque soportaban mejor el frío de las cámaras”, según la memoria popular. Pero allí también
llegaron migrantes de otras provincias. Paisajes del pasado interpela y analiza a tres comunidades, la de los ucranianos, croatas y santiagueños.

Testimonios, fotos y decenas de cartas (unas 89 epístolas) les sirvieron para reconstruir parte de la experiencia de quienes llegaron a trabajar a Berisso, pero dejaron a parte de su familia en Galitzia (actual Ucrania pero perteneció al Imperio Austrohúngaro y a Polonia), mientras otros parientes migraban a Canadá. Qué expectativas trajeron, si pudieron cumplirlas, cómo fueron las relaciones parentales a la distancia y cómo resignificaron sus identidades, son algunos de los tópicos que analizan los autores.

Con respecto a los santiagueños, los historiadores partieron de testimonios tomados por Mirta Lobato en los años 80 y profundizaron la investigación con viajes hacia la provincia de Santiago del Estero. Aquí también, la resignificación de las identidades a partir del lenguaje permitió nuevos análisis.

Discrepancias intelectuales

“Lo interesante del texto, del capítulo de los santiagueños es el ejemplo más claro de discrepancias intelectuales. Tras el primer borrador que había hecho yo, el texto tenía aspectos con los que Mirta no estaba de acuerdo. Por lo menos sintió que algo no cerraba.

En ese momento”, explica Daniel James en referencia a que el recorrido que terminó en la redacción de Paisajes del pasado tuvo momentos de debate y discrepancias entre los autores a partir de conceptos con los cuales volver a pensar problemas de nuestra historia.

La discrepancia se produjo por la noción de “abyecto” de Judith Butler aplicada a la mirada sobre los santiagueños por parte de algunos de los intelectuales que en ese momento habían leído Lobato y James.

“Yo había tomado para sostener la idea de lo abyecto como categoría fundamental para entender la figura del trabajador del interior a partir de la palabra paria. Ésta, efectivamente se encuentra, pero Mirta encontró cuando se fue a ver ese contexto que se parte de un discurso mucho más amplio, con varias formas y palabras para categorizar el trabajo del interior, del norte”, explicó James.

Cómo nombrar a los que vinieron del interior a trabajar a las grandes ciudades, ¿Cómo “cabecitas negras”? Según Mirta Lobato ésa es una categoría metropolitana, de grandes ciudades de la Pampa húmeda y del Litoral que no tiene registro en las otras provincias ni tampoco entre los protagonistas.

“También estaba la idea de ese otro que no puede ser nombrado, pero ni siquiera puede ser nombrado por ellos mismos. No sólo estaban para mi los intelectuales si no también estaba la cuestión de cómo los santiagueños se veían a sí mismos. Esa figura de la abyección de Judith Butler que Daniel conoce con mayor profundidad que yo, buscaba auxilio porque la filosofía se mete en esa figura de una manera más fuerte y a mí no me convencía. Entonces hice un proceso que al final me gustó porque descubrí un problema de la historia argentina que tiene que ver con la figura del nativo. Es decir, de nuevo pensar al trabajador nativo”, explica Mirta Lobato.

Paisajes sonoros y visuales

El libro recurre a nuevos lenguajes como el visual y el sonoro. Paisajes del pasado analiza muchas fotografías como un elemento histórico más.

“No son imágenes decorativas. Esta vieja foto de Juan Petkoff que da un toque del pasado en el texto. Para nosotros la foto, la imagen tenía más riqueza. Había que ir más allá, más a fondo. Porque esa gente vive en un mundo de objetos y las imágenes son objetos también.

Porque usan la foto, la instalan en su casa, etc. Entonces, había que tomarla en serio y no simplemente como algo decorativo, algo que ilustra, algo que la editorial te da”, señala James.

Al mismo tiempo, a partir de la creación del artista plástico Eric Markowski, los autores incorporaron en el inicio de cada capítulo una composición de imágenes a partir de una lata de Corned beef (también conocidas como sistema Liebig) a la que le incorporaron otras imágenes porque les pareció interesante “la idea de cómo dialoga”, el artista plástico con objetos e imágenes del pasado.

“Él, Eric Markowski hizo las latitas en función de su abuelo que era polaco. Cuando vi lo que él hacía le pedí que hiciera las latitas con nuestro material. Ahora para la presentación de Berisso, estamos trabajando con estas cosas. Un señalador así, con un paisaje de Santiago del Estero. Una foto que hice yo pero que él la introdujo en una lata. La idea de la llave me encanta”, expresa Mirta Lobato.

Al mismo tiempo, los autores compusieron un podcast que acompaña al texto. Para esto, Lobato y James grabaron varias horas que luego fueron editadas por un especialista quien “introdujo los paisajes sonoros. El sonido de un ferrocarril, el de una máquina, la lectura con nuestra voz, la música, y eso fue cambiando absolutamente y transformando el podcast en algo más interesante”, afirma Lobato.

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