Los fiscales Luis Schiappa Pietra y Matías Edery presentaron la acusación contra Esteban Lindor Alvarado y cuatro de los sindicados integrantes de su banda en el marco del homicidio del prestamista Lucio Maldonado. La Fiscalía pidió la prisión perpetua para Alvarado como instigador, al igual que para Mauricio Laferrara, Matías Ávila y Germán Fernández, al considerarlos como quienes llevaron adelante el secuestro seguido de muerte de la víctima, cometido el 11 de noviembre de 2018. En tanto, para el cuidador de caballos Facundo «Lapo» Almada solicitaron una pena de 15 años como partícipe secundario, ya que habilitó la entrada al trío a la quinta Los Muchachos de la localidad de Piñero donde se concretó el asesinato. La organización tenía el aporte de algunos uniformados, entre ellos altos jefes policiales.
En su presentación, los fiscales también solicitaron que se anexen al juicio oral otras cuatro causas: los atentados a los Tribunales provinciales de calle Balcarce, el Centro de Justicia Penal y el que sufrió en su casa una empleada del Ministerio Público de la Acusación (MPA); además de sumar el homicidio de Cristian Enrique, donde sindicaron a Alvarado como jefe de una asociación ilícita. Esta acusación fue presentada ante la Oficina de Gestión Judicial (OGJ) y es el primero de los pasos antes de la última audiencia previa al juicio oral (conocida como preliminar).
La Justicia federal procesó a Esteban Alvarado por narcotráfico
Los fiscales Schiappa Pietra y Edery presentaron sus fundamentos de la acusación con un pormenorizado análisis no sólo de la prueba existente que, según su hipótesis, relaciona a los cinco hombres con el secuestro seguido de muerte de Maldonado, sino también de las maniobras anteriores y posteriores realizadas por Alvarado para redirigir la investigación hacia la banda de Los Monos.
Secuestro y muerte
Crimen del prestamista: Esteban Alvarado dijo que no conocía a Maldonado
«Hoy ya lo marqué al Gordo», consta en la investigación que Fernández le mandó en un mensaje a Alvarado el 28 de octubre de 2018. Así, el destino de Lucio Maldonado quedó sellado.
Para la Fiscalía, Alvarado y Maldonado se conocían y el móvil de su asesinato pudo estar relacionado con un terreno en Roldán que el primero quería escriturar a su nombre y que el segundo tuvo intención de entregarlo pero, al final, se lo quedó.
Así surgieron los cruces de mensajes posteriores que duraron casi dos semanas y que consistieron en tareas de seguimiento y fotografías para determinar los hábitos de Maldonado. Terminaron en su secuestro, en los primeros minutos del 11 de noviembre de 2018, cuando Maldonado llegaba a su casa de Garibaldi al 600, ubicada justo enfrente de la vivienda de su hermano.
Para la acusación, Mauricio Laferrara (a quien apodan Mauri), Ávila y Fernández, en 40 segundos ,redujeron al prestamista a punta de pistola, lo obligaron a subirse en una Renault Kangoo robada y lo llevaron a la quinta Los Muchachos, donde fue ejecutado de cuatro disparos.
En paralelo, los secuestradores también se llevaron el Chevrolet Cruze de la víctima hacia el paraje. En el camino, Mauri Laferrara llamó a Lapo Almada para que les habilitara las instalaciones de la quinta, propiedad de Alvarado.
Después, dos de ellos usaron el Cruze para volver a la casa de la víctima, se metieron y estuvieron un rato. En este punto, la Fiscalía no determinó qué buscaban. Tras varios minutos, salieron, dejaron el auto en la puerta de la vivienda de Garibaldi al 600 y la dupla se subió a una Volkswagen Amarok blanca, la misma que fue tomada por las cámaras de avenida Circunvalación y la autopista Rosario-Buenos Aires a las 5.12 de ese mismo 11 de noviembre de 2018, donde tiraron el cuerpo de Maldonado, frente al barrio Las Flores. A los dos días, algunos residentes de la zona encontraron el cadáver del prestamista: estaba maniatado y con un cartel que decía: «Con la mafia no se jode».
El caso Enrique
Dos primos vinculados a una saga de hechos violentos quedaron presos
Un día antes de la ejecución de Maldonado, la madre de Cristian Enrique, un joven de Pérez que había sido secuestrado por hombres armados que usaban ropas policiales el 23 de octubre de ese año, recibió un llamado donde le avisaron el lugar en el que estaba el cuerpo de su hijo.
En esa comunicación, el interlocutor también hizo alusión a Los Monos: “…Y decile al bocón del Bocha que tenga cuidado con lo que le dicen. Porque con la …, con la mafia no se jode (sic)».
En la presentación se destacó: «Como se advierte nuevamente aparece aquí la clara intención de sindicar como autores del hecho a integrantes de la familia Cantero a partir de la referencia a «La mafia». Dato sumamente significativo para relacionarlo con estos eventos sobre todo si tenemos en cuenta que a Lucio Maldonado lo secuestran y matan un día después, y también al hacerlo pretenden vincular a aquella familia con ese hecho de la misma forma, ahora dejando un cartel «Con la mafia no se jode» sobre su cuerpo tirado a la vera de la autopista a Buenos Aires y la colectora».
Esta hipótesis fue reafirmada por los fiscales con otro dato: el titular de la línea con la que llamaron a la madre de Enrique era el dueño de la Kangoo que usaron para secuestrar a Maldonado. Del cruce de información, los investigadores descubrieron que, tras robar el utilitario, los ladrones usaron la documentación que había en el vehículo para sacar líneas de teléfono a nombre del titular de la Kangoo.
El plan
El 31 de noviembre de 2018, el Ministerio Público de la Acusación (MPA) emitió el pedido de captura para Alvarado, quien entonces cumplía en libertad condicional las últimas semanas de una condena a seis años y medio de prisión por robo de autos en la provincia de Buenos Aires, quien se mantuvo prófugo hasta el 2 de febrero de 2019, cuando fue detenido en Río Tercero, Córdoba. Ese día, Alvarado no opuso resistencia y sólo tiró su Iphone 8 al río, pero fue recuperado y el plan para involucrar a Los Monos se conoció a través de más de 4 mil mensajes de Telegram.
Para la acusación fiscal, Alvarado aprovechó su conocimiento sobre la imputación del 12 de octubre de 2018 a los miembros de Los Monos por las balaceras anteriores contra edificios y viviendas de funcionarios judiciales, y su relación con al menos seis policías (dos de ellos involucrados directamente en la pesquisa de estos hechos), para redirigir la investigación contra el clan de La Granada.
Incluso también plantó teléfonos en el MPA para relacionar con los ataques contra edificios del Poder Judicial y la empleada del MPA a Leandro «Chulo» Olivera, relacionado con los Cantero, y un ex amigo suyo, Rodrigo Ortigala, que declaró como testigo en su contra y que después sufrió varios agresiones a balazos al igual que su hermana Mariana.
Para la Fiscalía, Esteban Alvarado operaba la organización desde 2012
Con estos indicios, los fiscales solicitaron que se acumulen las otras cuatro causas (la de asociación ilícita abarca desde 2012, incluso antes de que Alvarado fuese detenido por la Justicia bonaerense, y tiene más de dos decenas de imputados), y plantearon su pedido de penas, en caso de ser hallados los imputados culpables.
Para Esteban Lindor Alvarado, la prisión perpetua al considerarlo instigador del delito homicidio agravado por el uso de arma de fuego calificado por el concurso premeditado de dos o más personas. Al igual que Mauricio Laferrara, Matías Ávila y Germán Fernández, al considerarlos los partícipes primarios del crimen de Maldonado y por encubrimiento agravado.
En tanto, la Fiscalía adelantó que pedirá para Lapo Almada 15 años de prisión como partícipe secundario del homicidio, según se desprende del escrito.
Condenaron a otro jefe policial como integrante de la banda de Esteban Alvarado