La presentación del nuevo Código de Convivencia tuvo lugar en el recinto de sesiones del Palacio Vasallo. Contó con la presencia desde el estrado de la presidenta del Concejo Municipal, María Eugenia Schmuck; la vicepresidenta segunda y presidenta de la comisión de Gobierno, Marina Magnani, de Unidad Ciudadana. En representación del Ejecutivo municipal, hicieron lo propio Juliana Conti, subsecretaria Legal y Técnica, y el secretario de Gobierno Gustavo Zignago.
Además se ubicaron en las bancas los concejales, Roy López Molina, de Cambiemos; Alejandro Rosselló, de Juntos por el Cambio; Eduardo Toniolli y Norma López, del Frente de Todos-PJ; Lisandro Zeno, del Partido Demócrata Progresista; Caren Tepp y Jesica Pellegrini, de Ciudad Futura-FSP; Fabrizio Fiatti, de Creo, y María Fernanda Gigliani, de Iniciativa Popular.
En tanto por Zoom participaron los ediles Agapito Blanco, de Cambiemos; Ana Laura Martínezy Carlos Cardozo, de Juntos por el Cambio; Lorena Carbajal, del bloque Socialista; María Luz Olazagoitía. de Ciudad Futura-FSP; Renata Ghilotti, de Propuesta Republicana, y Susana Rueda, de Rosario Progresista.
Introdujo la titular del Concejo Municipal sobre la idea de inaugurar estas reuniones especiales que tendrán lugar en el recinto de sesiones para facilitar la participación y el tratamiento del nuevo Código de Convivencia en el marco de un plan de reforma del actual Código de Faltas.
Puntualizó luego Magnani sobre la posibilidad de realizar cuatro jornadas, las semanas que no se realizan sesiones ordinarias, para abordar luego cuestiones de redacción en la comisión de Gobierno en la que se debate este proyecto de Código de Convivencia enviado por el Departamento Ejecutivo.
Las voces del Ejecutivo
En su presentación Zignano adelantó que para la elaboración del mismo trabajaron ex concejales, colegios profesionales, instituciones de la ciudad, las universidades públicas y privadas, colaboradores y técnicos.
“Era necesario consagrar un nuevo instrumento. Lo necesita la ciudad; nuevas figuras y procesos de lo que hoy realmente ocurre. Sienta bases y principios que nos regirán por varios años más. Tiene en cuenta la mirada y la participación ciudadana. Esa participación tiene como consecuencia un hecho pedagógico, esta consecuencia se produce a partir del involucramiento de la sociedad en sus conflictos”, precisó.
A esta vinculación de la sociedad civil, se le suma la utilización de dispositivos tecnológicos como método de denuncia y constatación formalizada. “Sobre la tecnología era necesario que la podamos consagrar orgánicamente. El sentido es construir esa norma, que se comparezca con la ciudad”, añadió.
Por último, Zignago celebró la iniciativa y graficó -en alusión a la discusión por la autonomía municipal- que el nuevo Código de Convivencia “nos va a permitir otro estándar en base a las competencias y posibilidades”.
Por su parte, Conti profundizó sobre la incorporación de la tecnología, que la misma no solo respondía a la captación de una falta, sino que dio cuenta de la necesidad de incrementar la participación ciudadana por “desfasajes respecto del cumplimiento de las normativas porque las penas habían quedado desactualizadas”.
Manifestó que en el nuevo Código de Convivencia se agregan cuestiones relacionadas con animales, ambiente, y se incorpora el trabajo comunitario como penalidad ante ciertas faltas.
Explicó además que se trata de normativa comparada y que se basó en el análisis de 10 códigos diferentes, de otros municipios, trabajados en paralelo.
“La idea es sumar sobre temas de educación y conciencia”, concluyó; y aludió a la necesidad de que la nueva normativa tenga un lenguaje claro e inclusivo.
Primeros apuntes de edilas y ediles
La concejala Gigliani reclamó al respecto la utilización de un lenguaje no sexista, hablar de los organismos y no de las personalidades; y anticipó su reserva para la discusión en profundidad sobre cada uno de los temas.
Sobre el abordaje del nuevo Código sugirió la concejala de Iniciativa Popular establecer primero las estructuras y la organización y luego los procedimientos.
Sobre ese particular López, al igual que López Molina, se refirieron a la metodología de trabajo para el nuevo Código de Convivencia que cuenta con 327 artículos. Para el edil de Cambiemos el mensaje del intendente no se puede resolver por mayorías sino que se debe buscar el mayor nivel de consenso en pos de darle estabilidad.
Seguidamente objetó los artículos 105 y 124 sobre la designación de jueces de faltas, y sus exigencias para el ingreso. “Hay eliminación del proceso de remoción, y lo asemejan al régimen del estatuto de personal, es una debilidad”, agregó.
Entre otras cuestiones el vicepresidente primero del Concejo manifestó su preocupación por la implementación de un jurado vecinal, como extrapolación del juicio por jurado, siendo en este caso a petición del procurador; y solicitó la inclusión de la mediación como mecanismo de resolución de conflictos.
Toniolli, por su parte, sugirió notificar a las distintas comisiones que en lo específico debaten proyectos con implicancias en el nuevo Código. “Tenemos una oportunidad para desarrollar herramientas que protejan a los vecinos”.
En su alocución el edil de Frente de Todos-PJ pidió fortalecer la transmisión del espíritu de esta norma ya que se trata de “un nuevo Código de Convivencia que aborda faltas, no delitos”.
Rosselló indicó que “será tarea del Ejecutivo lograr un código que no sea letra muerta, sino que sirva como instrumento”.
Pellegrini se refirió al artículo 13, sobre menores de 18 años, inimputables en materia de conducción, e indagó por los alcances al respecto del nuevo ordenamiento.
Para Tepp, el proyecto “se queda corto” con las faltas urbanísticas. “Me parece que tenemos muchas competencias y legislación. Se queda corta la reparatoria de daños; hay que especializar a los Juzgados de Faltas, específicamente en faltas urbanísticas”.
“Una infracción en la construcción tiene trascendencia en el tiempo. Más allá de la sanción, hay que ver la reparación a la comunidad, como la donación de inmuebles”, dijo en alusión a los casos donde se construyen más pisos que los permitidos.
Continuó Fiatti sobre el análisis de este instrumento normativo. “Condensa conductas que deseamos que no se reproduzcan. Tiene que ser una herramienta de gestión de la conflictividad. Con la debida participación ciudadana, lograremos desalentar situaciones que generan conflictos. Necesitamos llegar a tiempo para desarmarlos en forma oportuna, y dar las garantías necesarias a los vecinos, que se sientan respetados absolutamente”.
“No es un código de justicia, pero debe tener herramientas para que el municipio y los vecinos se involucren en la resolución de los conflictos. Implica una legitimidad y un carácter ejemplificador que le da pie a un nuevo sistema”, sostuvo el edil de Creo.
Agenda
El próximo encuentro para debatir el nuevo Código de Convivencia será el miércoles 12 de mayo en horario matutino.
Algunos ejes del nuevo Código de Convivencia
La generación de convivencia como herramienta para contrarrestar la violencia, fomentar la paz y el respeto, sobre la base del compromiso colectivo.
Nuevos mecanismos de control haciendo uso de los avances tecnológicos, nuevas medidas que prioricen la prevención y la restauración del daño por sobre la sanción.
Prestaciones de servicios y bienes que se pueden afectar temporalmente al beneficio de tareas comunitarias.
Consagra derechos individuales, y deberes generales de convivencia.
Establece acciones, sanciones, y prescripciones.