Pablo Nicolás Camino tiene 24 años. Su último domicilio conocido es en la zona noroeste, en barrio Emaús, a apenas un par de cuadras de las torres del barrio 7 de Septiembre, donde crecieron y viven un par de primos de Alexis Caminos, el hijo del asesinado ex jefe de la barra de Newell’s Roberto “Pimpi” Caminos. Investigadores policiales sostienen que sólo hay una coincidencia de apellidos y que no hay parentesco entre el clan que se hizo famoso desde el barrio Municipal y Pablo. Más allá del apellido, hay otro vínculo con Alexis y su banda: Pablo es uno de los imputados por el asesinato de Rubén “Tubi” Segovia, ultimado el 24 de abril pasado de 36 puntazos en su celda de la cárcel de Coronda, en un pabellón dominado por sus, hasta ese momento, aliados en la pelea por el territorio de la zona sur: la banda del Municipal. Pablo está detenido desde diciembre de 2015, acusado por el crimen de Andrés Farías, a quien asesinaron por esos días de 11 tiros en el Fonavi de barrio Moderno de la zona sudoeste. El juicio por este homicidio comenzó esta semana, pero sólo contra el otro imputado, Hugo Spinetti. Pablo firmó un abreviado a 15 años de cárcel por este caso y un hecho de tenencia de armas, acuerdo que fue homologado este jueves por el Tribunal –presidido por el magistrado Hernán Postma junto a los jueces Luis María Caterina y Juan Andrés Donnola–. Ahora tiene pendiente de resolución la causa por el crimen de Tubi, que se sustancia ante los Tribunales de la ciudad de Santa Fe.
La madrugada del 26 de diciembre de 2015 Andrés Farías, de 26 años, y su hermano menor Carlos estaban en una fiesta en la vivienda de Hugo Spinetti, en el Fonavi de Rouillón y Seguí. En un momento, hubo una discusión con el dueño de casa, quien obligó a los hermanos a irse. Andrés y Carlos caminaron hasta Solís y Biedma, donde apareció un Peugeot 206 conducido por Spinetti. En el asiento del acompañante iba Pablo Camino y le disparó en 11 oportunidades a Farías, dijo el fiscal Miguel Moreno.
El fiscal explicó en la audiencia inaugural del juicio que habían llegado a un acuerdo con la defensora del tirador, Susana Zulkarneinuff. El abreviado abarca el crimen de Farías y una tenencia de arma y fija 15 años de cárcel para Camino, convenio que fue homologado por la Justicia este jueves. La acusación pidió 18 años de Spinetti, en caso de que el tribunal lo encuentre culpable al final del juicio por el asesinato de Farías.
El crimen de Tubi
Inmovilizado, herido por 36 puntazos y estrangulado con dos cables en el cuello. Así murió, traicionado, en el penal de Coronda Tubi Segovia, según el fiscal Marcelo Nessier. Según la acusación, Pablo Camino, Kevin Duarte, Juan Manuel “Juanchi” Almada y Horacio Benaventos fueron quienes mataron el 24 de abril pasado a Segovia, fugaz jefe de la barra brava de Newell’s y peso pesado del sur de Rosario, en una celda del pabellón 8 con un cuchillo tramontina de 13 centímetros y dos chuzas.
“Están los videos de la cámara de seguridad de la planta baja donde en una diferencia de 35 segundos ingresan los cuatro imputados a la celda de Segovia. Obviamente que no tenemos filmaciones dentro de la celda; las filmaciones son de todo el pabellón. La puerta está abierta, se ven sombras ingresan personas, dos a cara descubierta y dos encapuchados”, reveló el fiscal sobre los últimos momentos en la vida de Segovia, quien tres semanas antes había solicitado el traslado a ese pabellón de la prisión de Coronda, un sector dominado por personas vinculadas con la barra de Newell’s, Alexis Caminos y parientes de éste, dijo el fiscal. De hecho, Almada es primo de este último y juntos enfrentan acusación por el homicidio de Mariela Miranda, madre de algunos de los hermanos Funes, cuyo asesinato en marzo de 2016 desató una saga de venganzas en la zona sur con más de un centenar de muertos.
Tubi, de 29 años, había sido detenido en octubre de 2016 cuando ingresó baleado al Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca). Tras su recuperación quedó alojado en la Unidad 11 de Piñero y en febrero pasado fue trasladado a la Unidad de Coronda. Cumplía prisión preventiva por tres homicidios en los que sólo había sido imputado, ya que en ninguna de las tres causas estaba hecha la acusación formal ni el requerimiento de elevación a juicio. Además purgaba la última parte de una condena a diez años de prisión en la que se le acumularon distintos hechos. El Servicio Penitenciario determinó en febrero que quedara alojado en una celda de resguardo de Coronda –conocida como buzón– por ser un recluso de alto riesgo. Su abogado presentó un habeas corpus debido a las condiciones de alojamiento. En resguardo, los internos no se relacionan con otras personas y están en un espacio muy reducido. El 14 de marzo pasó al pabellón 8-Sur; el muchacho había manifestado no tener inconvenientes con ninguno de los 20 reclusos.