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Preso por violencia de género

El juez de la Investigación Penal Preparatoria (IPP) Sergio Carraro dictó la prisión preventiva a un hombre que amenazó a su ex pareja en la localidad santafesina de Barrancas a pesar de que estaba vigente una medida de distancia que le prohibía acercarse a ella y a su domicilio.

El miércoles 9 de agosto AJM, de 37 años, le arrojó a su pareja un control remoto en el rostro y le provocó lesiones. Fue en la casa de ella, en la localidad santafesina de Barrancas, departamento San Jerónimo. Doce días después, el hombre ingresó a la casa de la víctima sin su consentimiento, a pesar de que estaba vigente una medida de distancia que le prohibía acercarse a ella y a su domicilio a menos de 200 metros, según precisaron las fiscales.

El pasado miércoles a la mañana, AJM interceptó a su pareja cuando estaba esperando el colectivo con sus hijos, tomó a los niños y amenazó a la mujer con matarla si volvía a denunciarlo y dejarlo. Según expusieron las fiscales, luego ingresó nuevamente al domicilio de la víctima sin su consentimiento, donde finalmente fue aprehendido.

El hombre quedó con prisión preventiva en el marco de una investigación por el delito enmarcado en violencia de género. La medida cautelar fue ordenada por el juez de la Investigación Penal Preparatoria (IPP) Sergio Carraro, a raíz de la solicitud hecha por las fiscales Yanina Tolosa y Alejandra Del Río Ayala en una audiencia realizada esta mañana en los tribunales de la ciudad de Santa Fe.

Las fiscales del MPA habían imputado a AJM el pasado jueves como autor de los delitos de lesiones leves dolosas (calificadas por el vínculo y por violencia de género); amenazas coactivas; desobediencia de mandato judicial y violación de domicilio. Todos los delitos fueron atribuidos en concurso real.

Los fiscales Tolosa y Del Río Ayala valoraron la resolución del juez Carraro y destacaron que “estuvo muy bien fundamentada en el contexto de violencia de género que sufrió la víctima”. En tal sentido, las fiscales sostuvieron que «todo esto sucedió en el marco de la relación desigual de poder que existía en la pareja y la subordinación real de la víctima hacia el imputado. La víctima tenía una voluntad concreta de terminar la relación, pero a pesar de ello, el imputado persistía en mantenerla bajo su dominio».

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