Más de 30 presos alojados en la Alcaidía de Comodoro Rivadavia iniciaron una huelga de hambre en reclamo de una PlayStation, mejores condiciones carcelarias y más horarios de visita. La protesta se inició el lunes a la mañana cuando el pabellón 3 comenzó una huelga de hambre en la Alcaidía y por la tarde se sumó el número 4 y al otro día el número 1.
«Son más de 30 internos los que están en esta situación», dijo el jefe de Operaciones de la Unidad Regional, Ricardo Cerdá. Explicó también que algunos de los pedidos de los presos «no tienen ningún tipo de sustento», como por ejemplo el reclamo de una consola de PlayStation, aunque aclaró que también plantean que los horarios de visitas y de recreo se amplíen.
La insólita protesta es el resultado de una medida de la semana pasada que declaró admisible un habeas corpus presentado por los reclusos, a través del cual solicitaron el cese de los «apremios ilegales, amenazas de traslado y de las requisas invasivas de la privacidad que sufren sus familiares en las visitas».
El habeas corpus fue presentado en representación de sus compañeros de celda por Miguel Ángel Aparicio, un masajista de Caleta Olivia que fue condenado en Comodoro Rivadavia como violador serial alojado en el Pabellón 5, donde comparte espacio con otros involucrados en delitos sexuales.
La semana pasada la jueza penal de ejecución Daniela Arcuri dio lugar al habeas corpus, tras un acto del que participaron el fiscal general Héctor Iturrioz, las defensoras públicas Viviana Barillari y María de los Ángeles Garro y el comisario Demetrio Urrutia, jefe de la Alcaldía policial.
Luego de la audiencia, se declaró admisible el habeas corpus presentado por los internos del pabellón 5 «respecto a las actividades recreativas al aire libre y el acceso a la luz solar y también en lo relativo a la requisa de visitas femeninas», no así a las restantes cuestiones.
En este sentido, el comisario Urrutia aludió a que la recreación y posibilidades de salir al patio solicitada «es imposible tanto por la falta de personal, como por falta de seguridad, ya que es un patio abierto, sin terminar». Allí se planteó que «el ideal de personal sería el doble del actual disponible, realizando los pedidos correspondientes, pero nada de ello se concretó».
«Los internos en determinadas oportunidades comienzan a insistir en reclamos que ellos -desde el momento que ingresan un lugar de detención- saben que no van a tener acceso», argumentó en referencia al pedido de la consola de videojuegos.»Algunos de los beneficios que piden, son cuestiones que están reglamentadas por la institución policial que es la custodia de los detenidos. Ellos están en su derecho de reclamar, nosotros ya dimos conocimiento a la autoridad. Ahora, los internos deberán exponer ante la institución sus reclamos en una audiencia», finalizó Cerdá.
