El domingo 15 de septiembre de este año, por cadena nacional y en prime time televisivo, el presidente Javier Gerardo Milei presentó ante un Congreso con la mitad de las bancas ocupadas, su propuesta de presupuesto para 2025. Lo definió como el “presupuesto del déficit cero”. Mientras aumenta las partidas para Defensa, el presupuesto educativo sufre una baja incluso con el optimista (e improbable, según diversos analistas), cálculo de inflación estimado en 18,8%.
El líder de La Libertad Avanza hizo nuevamente gala de su estilo personal en el discurso de presentación del presupuesto, desde la motosierra a la confrontación con epítetos denigrantes a los opositores. Describió a su proyecto como el “más radicalmente distinto de este siglo” (olvidó que este siglo comenzó con otro presupuesto de déficit cero, en el que participó el hoy superministro Sturzenegger, y que no tuvo un final feliz). El presupuesto libertario que tratará el Congreso, proyecta una inflación del 18,8% para 2025, y que este año terminará con una inflación del 104,4%. Este cálculo refleja una excesiva confianza del gobierno en su política, porque si se considera que hasta el momento ya se acumuló un 94,8 % de inflación.
No expuso ninguna cifra en su alocución, las que se conocieron después con la publicación del presupuesto, pero dio perfecta cuenta de por dónde se iba a conseguir el déficit cero. Afirmó que “El 70% del gasto público se va en gasto social de distinto tipo” y que gran parte de ese porcentaje no era competencia del Estado, el cual sólo debe preocuparse por “la estabilidad macroeconómica”, porque para lo demás está el mercado.
El presidente sostuvo que la casta política “necesita” del déficit fiscal “porque es sólo gastando plata que no es suya que pueden hacer negocios para ellos, sus clientes y sus amigos (…) Y no hay nada, pero nada, que enriquezca más a los políticos que el déficit fiscal. Este es el triste papel que el gasto público juega en el modelo de la casta”. Enseguida volvió a criticar el concepto de justicia social al afirmar que es “extremadamente violenta” porque “implica sacarle a unos para darle a otros, basada en un principio inconsistente que dice que donde hay una necesidad nace un derecho”. Finalmente, Milei culminó su descripción del Estado hasta su llegada al poder “como una niñera que se tiene que hacer cargo de todo, desde darle de comer hasta entretener a cada argentino”. En el entretenimiento entran la Cultura y la Educación.
En este “plan de reformas estructurales más ambicioso de toda la historia argentina”, el aumento de Educación y Cultura es del 40%, pero considerando la inflación, el presupuesto real del área cae, poniendo en peligro la realización de proyectos educativos y culturales, de mantenimiento y construcción de nueva infraestructura, becas, etc. Además, el artículo 27 es inconstitucional ya que exige la suspensión de leyes aprobadas: “En el marco de la emergencia pública (…) suspéndese para el ejercicio 2.025 el cumplimiento del artículo 9° de la Ley N°26.206 de Educación Nacional y sus modificatorias; de los artículos 5°, 6° y 7°de la Ley N°27.614 de Financiamiento del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación; del artículo 52 de la Ley N° 26.058 de Educación Técnico Profesional y del inciso 1 del artículo 4° de la Ley N° 27.565 del Fondo Nacional de la Defensa”.
El ARTÍCULO 9° de la Ley 26.206 dice: “El Estado garantiza el financiamiento del Sistema Educativo Nacional conforme a las previsiones de la presente ley. Cumplidas las metas de financiamiento establecidas en la Ley N° 26.075, el presupuesto consolidado del Estado Nacional, las Provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires destinado exclusivamente a educación, no será inferior al seis por ciento (6 %) del Producto Interno Bruto (PIB)”. O sea, se suspende el financiamiento educativo.
En cambio, los presupuestos de Defensa y Seguridad tienen aumentos de más del 90% ajustados por inflación, y en el Estado idealizado por Milei, también se debe reprimir y espiar, además de ocuparse de la macroeconomía. El presidente es un ejemplo de la importancia que tiene la Educación para el país: él se educó en escuela y universidad privadas, en soluciones del mercado a la demanda, y el resultado es que ni siquiera chequea sus citas. La mención falsa a Cicerón tal vez sea un homenaje a su héroe Menem, el lector del nunca publicado Sócrates.
