Inflación de 23%, dólar a 40,5 pesos y una caída de la actividad económica del 0,5% es lo que prevé el Presupuesto 2019, que se está discutiendo en la Comisión de Presupuesto y Hacienda de la Cámara de Diputados, presidida por el oficialista santafesino Luciano Laspina. Para la oposición, el proyecto representa un brutal ajuste con el que el gobierno planea lograr el déficit cero que pide el Fondo Monetario Internacional (FMI) a cambio del préstamo stand by de 57.000 millones de dólares.
Los diputados santafesinos de la oposición que integran la comisión son Alejandro Grandinetti, del Frente Renovador, y Silvina Frana, del Frente para la Victoria-PJ. Ambos coincidieron en diálogo con El Ciudadano que se trata de un “presupuesto de ajuste” y que no será aprobado tal cómo fue presentado en el Congreso.
“Es un presupuesto absolutamente irrealizable. Necesitamos un análisis más objetivo por eso pedimos un informe a la Oficina de Presupuesto”, señaló Grandinetti. Y expresó que “lo más cercano a la realidad parece ser la caída de la actividad de un 0,5%”.
“Lo que queda claro es que es un presupuesto de un terrible ajuste que carece de cualquier tipo de proyectos de estabilización del mercado interno. Donde 3,3 puntos del Producto Bruto Interno (PBI) se transferirá al exterior en el pago de intereses de deuda”, dijo el diputado del Frente Renovador, quien adelantó que “es imposible que tenga dictamen así cómo está”.
Cambiemos no tiene mayoría en la Comisión de Presupuesto y Hacienda. El PRO, la Coalición Cívica y la UCR suman 23 diputados de 49. La oposición exige cambios. Por eso coinciden en que el proyecto original no tendrá dictamen.
Frana apuesta a que el oficialismo “cambie” el proyecto, ya que considera que “hay muchas maneras de que el gobierno tenga presupuesto”, pero descartó que el original tenga dictamen.
La diputada del Frente para la Victoria-PJ consideró como punto más peligroso del Presupuesto 2019 la cláusula que permite al Ejecutivo renegociar deudas a valores de mercado. “Nunca se tiene certeza de cuáles son los valores de mercado. Es una carta blanca que libera las manos al Ejecutivo para endeudarse”, dijo.
Por otro lado y en coincidencia con Grandinetti, la legisladora se mostró preocupada por “el ajuste” que “pide el FMI para lograr el déficit cero”. “El presupuesto saca dinero a la educación y a la salud. Además, toma el Fondo de Garantía de Sustentabilidad de la Ansés y pasa a formar parte de los recursos del gobierno”, expresó.
Además, explicó que el déficit cero que el gobierno intenta lograr “apelando a todo tipo de recursos” será “sólo primario, porque pasa a ser deficitario cuando se calculan los intereses de la deuda”.
Si se tiene en cuenta la inflación, el gasto nacional caerá aproximadamente un 7,7% en términos reales. Todos los ministerios del gobierno tendrán una baja de sus presupuestos y lo único que aumenta es el Servicio de la Deuda Pública (un 10%), es decir los intereses.
Otro punto a tener en cuenta es la transferencia del costo de los subsidios al transporte, la electricidad y el gas a las provincias, ya castigadas por la eliminación del Fondo Federal Solidario, conocido como Fondo Sojero.
Recorte de obra pública
El presupuesto prevé un recorte del 50% en obra pública. “Los fondos asignados permiten terminar lo iniciado. No es tan malo”, aseguró la semana pasada el ministro del Interior, Rogelio Frigerio. Su baja vara contradice el eslogan de Mauricio Macri a comienzos de su gestión cuando prometió “el plan de infraestructura más ambicioso de la historia”.
“Toda la obra pública va a ser dañada. El 80% de la obra pública está proyectada con el sistema de Participación Público Privada (PPT) y con esta inestabilidad cambiaria es imposible que accedan a créditos internacionales a costos razonables. La obra pública será recortada y tenemos dudas de que estos proyectos de PPT arranquen. Estimamos que va a caer un 50%”, analizó Grandinetti.
