Santa Fe es la provincia que más recursos federales perderá el año próximo, de acuerdo al proyecto de presupuesto nacional que estudia por estos días el Congreso. No hay dinero para las obras de infraestructura prometidas por la gestión de Mauricio Macri, mientras que caen los gastos corrientes y de seguridad social a cargo del Estado nacional. Tampoco se incluyeron partidas para el pago de la deuda por coparticipación, que tiene fallo firme de la Corte Suprema desde 2015.
Un análisis profundo de las proyecciones presupuestarias de la Nación para 2019 permite concluir, en primer lugar, que la provincia de Santa Fe recibirá menos dinero en términos reales que en 2018. El crecimiento nominal de recursos para el año próximo será del 32,89% y la inflación prevista para 2018 superará el 42%. Ya de entrada, Santa Fe pierde un 10%, que puede ser más si la inflación sigue escalando.
En el presupuesto 2018, la Nación destinó a la provincia de Santa Fe para gastos corrientes y de capital el 4,27% del total del presupuesto. Para el 2019, la participación de la provincia cae al 3,95%. La eliminación del Fondo Sojero, que se compone con una parte de las retenciones a las exportaciones de soja, explica en parte esa caída: según el gobernador Miguel Lifschitz, el año próximo Santa Fe aportará 90 mil millones de pesos al fisco nacional en concepto de retenciones y no recibirá nada a cambio.
Según un informe del periódico Pausa, en 2019 la provincia recibirá para gastos de capital –inversión real directa en obras públicas financiadas por la Nación– 7.400 millones de pesos. Si se lo contrasta con el presupuesto 2018, son 2.217 millones que se pierden: un 23% menos. Pero además hay que tener en cuenta que la Nación no ejecuta el total presupuestado: según el ministro de Economía de la provincia, Gonzalo Saglione, en los primeros nueve meses de 2018 se ejecutó apenas el 37% del presupuesto asignado para gastos de capital.
Respecto a las transferencias de capitales, que son gastos sin contraprestación con el objeto de que los beneficiarios se capitalicen mediante inversiones reales o financieras, la situación para Santa Fe es aún más crítica ya que recibirá un 49% menos: pasará de 3.807 millones de pesos asignados en 2018 a 1.935 millones en 2019.
El recorte de la obra pública, que ya empezó en 2018, será uno de los signos del año próximo. En ese rubro, pierden todas las provincias, aunque en Santa Fe la caída es más abrupta si se mide per cápita: en 2019, por cada habitante, Santa Fe baja de 1.093 a 551 pesos; Córdoba pasará a percibir por habitante de 1.034 en 2018 a 596 pesos en 2019; la provincia de Buenos Aires, de 1.004 a 668 pesos; Entre Ríos de 2.094 pesos a 1.421, y la ciudad de Buenos Aires de 3.413 a 1.492 pesos.
La poda de la obra pública ya se puede observar en el ámbito educativo con la cancelación de los jardines de infantes prometidos por la Nación. Para 2018 se había presupuestado una inversión de 249,5 millones de pesos en la provincia de Santa Fe; en el presupuesto 2019 se prevé menos de la mitad: 112,4 millones de pesos para la construcción de siete jardines que ya estaban incluidos en el presupuesto vigente.
Este último punto generó un fuerte cruce entre el gobierno provincial y la Nación, que se había comprometido a ejecutar en territorio santafesino 20 jardines de infantes. “Es un problema serio”, cuestionó en la semana la ministra de Educación Claudia Balagué. “Si bien hay algunos que tienen adjudicado presupuesto para 2019, lo cierto es que no tenemos jardines para iniciar las clases el año que viene”.
Desde el PRO, los diputados Gisela Scaglia y Federico Angelini confirmaron que se completarán los ocho jardines que fueron licitados en primera instancia, cuyas obras quedaron frenadas por incumplimiento de las empresas contratistas. “El gobierno nacional garantiza el pago total de esas obras y se acordará con la provincia si la licitación se lleva a cabo de manera centralizada o descentralizada, esto significa que lo puede ejecutar la Nación o bien le transfiere a la provincia los fondos y ésta realiza el proceso licitatorio”.
Caída en términos reales
El rubro gastos corrientes incluye las rentas de la propiedad, prestaciones en seguridad social, impuestos directos y transferencias corrientes. Por ese concepto, Santa Fe percibirá en 2019 un 37,59% más que en 2018. Si bien se aumentan nominalmente las transferencias de 114.518 millones de pesos a 157.560 millones, la suba terminará siendo menor que la inflación, lo que implica una caída en términos reales.
En este rubro también se observa la discriminación de la Nación a la provincia: por habitante, Santa Fe tiene asignados 32.893 pesos para 2018 y 44.900 para 2019, lo que significa un aumento del 36,5%. La provincia Buenos Aires percibió per cápita 35.309 pesos este año y recibirá el próximo 50.843 pesos (43,99% más); Córdoba pasará de 33.854 a 46.003 pesos (35,89% más), Entre Ríos, de 31.131 a 43.824 pesos (40,77% más) y la ciudad de Buenos Aires de 181.896 a 257.670 pesos (41,66% más).
Con un 30,3% de sus habitantes bajo la línea de pobreza, según los últimos datos del Indec, la provincia de Santa Fe enfrentará un 2019 complicado en materia de seguridad social, un rubro que incluye jubilaciones y pensiones a cargo de la Ansés, pensiones no contributivas y asignaciones familiares como la asignación universal por hijo, el seguro de desempleo y la pensión universal para el adulto mayor.
Por esos conceptos, la provincia pasará de percibir 82.326 millones de pesos en 2018 a 115.572 millones el año próximo, lo que significa una suba del 40,38%. Allí también los santafesinos perderán frente a la inflación de 2018. Per cápita, Santa Fe pasa de recibir 23.647 en 2018 a 32.934 pesos en 2019, mientras que los territorios macristas se verán beneficiados: la provincia de Buenos Aires pasa de 24.672 a 37.258 pesos y la ciudad de Buenos Aires de 66.258 a 98.030 pesos.