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Pretender tapar el sol con un dedo

Por Christian Silva (*)

Nadie está en contra de los impuestos, sobre todo si son justos y ayudan a redistribuir los recursos. Nadie está en contra de los derechos de los artistas y de los autores; todos queremos que tengan su merecido reconocimiento. Y, obviamente, nadie está en contra del trabajo de los legisladores que, más allá de sus colores partidarios, nos representan y trabajan por nuestro bien común. O deberían.

Estamos en contra del canon digital (que incrementar los costos de acceso a la tecnología digital) porque es una medida absurda, arbitraria y lo más grave: tomada sin una comprensión adecuada del renacimiento sociocultural del siglo XXI. No tenemos pruebas concretas para creer que la propuesta surja del lobby de conservadores grupos vinculados a la defensa dura del copyright, que niegan, o no aceptan, el nuevo escenario emergente de la cultura libre y colaborativa.

Una mirada superficial sobre las noticias de los últimos días puede hacer ver a los grupos que nos manifestamos en contra de esta iniciativa, sobre todo desde las redes sociales, como a un grupo de consumidores indignados reclamando contra un nuevo aumento de productos o servicios, cuando en realidad es un reclamo mucho más complejo y difícil de interpretar.

Necesidad de un debate

“La visión de la web que tuve fue la de cualquier cosa potencialmente conectada a cualquier cosa. Una nueva libertad que nos permita crecer más rápidamente de lo que nunca pudimos crecer…”, afirmó Tim Berners-Lee.

Quizá esta breve cita del creador de la web, esa iniciativa que supo vincular la infraestructura de internet con la idiosincrasia de la ciencia para crear el espacio de circulación de cultura más potente de la historia de la humanidad, nos permita llegar a vislumbra lo mezquino de un planteo como el del canon digital, que trata de tapar el sol de la cultura libre, abierta, colaborativa con el dedo arbitrario de una legislación para pocos.

Este intento legislativo, con el argumento de la defensa de los (justos) derechos de los artistas y de los autores atenta contra la circulación real de la cultura.

Estamos en contra del canon digital. Estamos a favor de un debate profundo y complejo, con todos los actores de este nuevo escenario que es la cultura del siglo XXI.

 

(*) Es aspirante a magister en Tecnología Aplicada a la Educación, docente de la Especialización en Comunicación Digital Interactiva de la UNR y del Departamento de Multimedia de la Facultad de Bellas Artes de la UNLP. Es, además, diseñador y desarrollador web para organismos públicos y privados.