En seis días habrá terminado un proceso electoral que para Santa Fe fue extenuante. Formalmente se inició en febrero, cuando debieron inscribirse las listas de precandidatos provinciales, pero en la práctica las negociaciones y disputas internas se iniciaron unos cuantos meses antes.
Mientras Hermes Binner camina el país como protagonista de una campaña presidencial que expira, el gobernador electo desconectó el piloto automático de la política santafesina.
Antonio Bonfatti tomó la iniciativa antes de lo que el mundo de la política lo esperaba. Ya se contó hace tiempo en esta columna de los contactos con los distintos sectores dela UCR, del socialismo y del PJ. Algunos más formales que otros y no todos de conocimiento público.
Oposición
Bonfatti debe atender un escenario inédito para su mandato, con predominio opositor enla Legislatura. Peroesa oposición no necesariamente es “la oposición”, sino un justicialismo diverso, complejo, en el que conviven intereses políticos, territoriales, personales y sectoriales muchas veces contradictorios. Hasta aquí, en plan de acompañar a la que ganó, luce prolijamente amontonado. Hacer pronósticos sobre qué pasará a partir de diciembre, o quizás después del domingo mismo, resulta temerario.
Bonfatti testea el clima en cada uno de los contactos con los poderosos senadores del PJ, a quienes eligió como interlocutores privilegiados para esta etapa. La premisa que lo guiará es que las iniciativas que surjan de su gestión en ningún caso pueden percibirse como una provocación desde la oposición. De lo contrario, el músculo justicialista acciona por instinto, se comprime y resulta infranqueable para el débil frente legislativo del Frente Progresista. La máxima del nuevo gobierno será no unir lo que natura no une. A excepción de que opte por dar batallas más de fondo, aquellas que se disputan también fuera de las paredes dela Legislatura.
Tropa propia
Dentro del Frente Progresista ocurre otro tanto. Bonfatti tiene ahí trabajo fino que hacer. Contener la diversidad interna y la dinámica de alianzas y distanciamientos dela UCRes toda una tarea, aunque podría decirse que los socialistas son expertos en la materia.
El gobernador electo dio señales ala UCRsantafesina y a otros miembros del Frente de que viene una etapa diferente y, por tanto, un gobierno diferente al que se hizo cargo de la provincia en 2007, tras seis mandatos justicialistas.
A esta altura, la mayor diferencia conceptual que existe entre los dos principales socios del Frente Progresista versa sobre cómo debe constituirse un gobierno. Los socialistas insisten desde siempre en que la gestión se lleva adelante con planes y equipos formados y preparados para cada área de gestión; muchos radicales, en cambio, tienen una idea más parecida al estilo de gestión que mostraron las administraciones justicialistas, donde los ministerios y secretarías se repartían entre los sectores internos de acuerdo a la cantidad de porotos que cada uno tiraba sobre la mesa; los socios políticos; los aliados del sector privado y las corporaciones que ayudaban a la gobernabilidad o a financiar campañas electorales.
Mientras algunos sectores radicales creen que esa visión de los socialistas es una excusa para no abrir el gobierno a los aliados políticos, éstos últimos esgrimen que aquélla concepción es la que provoca desastres de gestión gubernamental (no se privan de ejemplificar el caso dela Alianza).
La primavera empieza en Diputados
Todo esto viene a cuento de que Bonfatti puso fin a la hibernación y la política santafesina no electoral recobró dinámica.La Legislaturaes el reflejo institucional inmediato de esa primavera. La semana pasada obtuvo media sanción la creación del fondo solidario para expandir los sistemas de cloacas, una idea nacida en Rosario en la previa de la legislativa de 2009 que carecía de aprobación legislativa para constituir la cuarta pata de financiamiento a partir del aporte solidario de quienes ya gozan del servicio. Antes, obtuvo media sanción la creación de cargos para la reforma judicial que esperaba desde febrero. Y se fijó preferencia para discutir en comisión otros dos proyectos pesados que dormían en Diputados: la modificación del sistema de salud (en particular la autogestión hospitalaria y la administración política de los Samcos) y la creación de Radio y Televisión Santafesina (RTS).
El Senado
Estas iniciativas pasaron o van a pasar al Senado, donde la oposición ostenta apabullante mayoría. ¿Se marchitará allí la primavera legislativa? Todo es posible, pero no debe pasar desapercibido que los senadores tomaron nota de los gestos que llegan desdela Casa Gris.
Un referente de estos grupos de poder territorial del PJ es el senador Alberto Crosetti, que acaba de conseguir pasaporte para cumplir 20 años en la banca senatorial del departamento Belgrano. Crosetti repite ante quien le pregunte que hay “otro clima” en la relación que intenta construir Antonio Bonfatti con la oposición, aunque advierte: “Espero que no sea sólo un amague del gobernador electo”.
Cuando se le pregunta por el sistema de salud que impulsa el ministro Miguel Ángel Cappiello, sostiene que merece un análisis profundo, destaca que contiene algunas cuestiones positivas y aclara: “No nos vamos a oponer a estudiar el proyecto”; con respecto a RTS dijo que no se va a negar “en la medida que no represente un gran presupuesto” y recordó que “el gobierno nacional es precursor en esta materia, por lo cual si se lo apoya a nivel nacional por qué se le negaría a la provincia”; con respecto a los cargos para la reforma dela Judicialpenal, cree que “algunas resistencias iniciales quedarán superadas y se va aprobar”.
Crosetti es una opinión entre trece senadores y el derrotero de estos proyectos enla Cámaraalta es una incógnita. Citar estos detalles de la conversación de El Ciudadano con Crosetti el viernes a la tarde tiene valor para ilustrar esos cambios (quizás circunstanciales, quizás no) en el trato oficialismo-oposición que habilitó el fin del proceso electoral 2011.
Haciendo cuentas
No se mencionó hasta aquí el proyecto de presupuesto 2012 para dedicarle un párrafo aparte. Es, quizás, el mejor ejemplo de la etapa política en gestación. Su desembarco enla Legislaturafue precedido por un par de gestos inéditos del oficialismo: la convocatoria previa a los senadores de la oposición para explicarles los alcances y escuchar sugerencias, y el ingreso del proyecto porla Cámaraalta.
El presupuesto 2012 es el primer mensaje del Poder Ejecutivo que no entra por Diputados, cámara en la que tiene mayoría. Esa señal de confianza tiene que ver con una base de conversaciones políticas que llevaron a plasmar en la letra del presupuesto los intereses de los senadores o los de lo que ellos representan.
El gobernador electo, Antonio Bonfatti, eligió a los senadores del peronismo como interlocutores privilegiados por una sencilla razón. Por la naturaleza de su función, sustentada en el poder político territorial, discuten el presupuesto en términos más pragmáticos que políticos, a diferencia de lo que rige el debate entre diputados.
Año a año los senadores –y los intendentes que gobiernan pueblos y ciudades de los departamentos que ellos representan– esperan con ansias el proyecto de presupuesto. Ponen espacial atención en las secciones donde se reflejan los proyectos de obras públicas para el próximo año, el alcance del fondo de obras menores, los giros de coparticipación y el financiamiento con el que contarán para servicios como, por ejemplo, la seguridad pública.
Hasta aquí lo que muestra la primavera legislativa. Hay quienes dicen que el clima es tan propicio que podrían germinar más flores.