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Primer paso hacia la gloria: César Menotti y la conquista del torneo Esperanzas de Toulon

La piedra fundacional del histórico ciclo de César Luis Menotti fue la conquista del torneo Esperanzas de Toulon 1975.

Vale la pena contar una anécdota que refleja la trascendencia de ese título y el cambio que a partir de allí se produjo en el fútbol argentino. Además pinta de cuerpo entero la filosofía del Flaco Menotti y la forma en que sabía motivar a sus dirigidos.

Previo al debut del certamen, el plantel asistió al encuentro de Alemania. Los 20 muchachos estaban admirados por el poderío físico de los teutones. Miraban preocupados y por dentro, sentían que sería imposible vencerlos. El estado de ánimo era como si asistieran al funeral de un ser querido. El Flaco, atento a esas miradas, les preguntó:

“Qué les pasa muchachos qué están tan serios?”. Uno de ellos se atrevió a responder con temor: “César ¿vio los fuertes que son? Tremendos”. Y el DT les respondió: “¿Fuertes? Ustedes sí que son fuertes. Estos comieron solomillos desde niños y tomaron leche alemana y nacieron y vivieron en casas confortables. Se entrenaron en canchas espectaculares. Ustedes se criaron sin nada. Sin agua, sin luz, sin calefacción. Y están aquí. ¿Ustedes creen qué estarían aquí si hubieran pasado por todo eso?  Ni uno, se los aseguro. ¡Ustedes sí que son fuertes!”. Argentina ganó aquél torneo. Haciendo historia

Hace 42 años, el 25 de mayo de 1975, el seleccionado argentino juvenil dirigido por César Luis Menotti ganó el torneo Esperanzas de Toulon, que se desarrolla anualmente en esa ciudad francesa.

Ese campeonato puede catalogarse como el puntapié inicial, la refundación del fútbol argentino a través de Menotti. Se empezó a vislumbrar la organización, la planificación y el orden de un fútbol que hasta aquí, vivía una cuasi anarquía.

Vale recordar que hasta ese momento no se había conseguido ningún título ante adversarios europeos, tanto en selecciones mayores como en juveniles. Estábamos a tres años del primer Mundial ganado en 1978, mucho más lejos quedaba la gloria en México 86 y posteriores torneos juveniles obtenidos por Pekerman, Tocalli y Ferraro.

 El “Bocha” Forgués

El partido inaugural fue 19 de mayo con un triunfo 1-0 sobre Hungría con gol de Jorge Forgués a los 25 minutos del segundo tiempo, luego de una gran apilada de Giordano, que eludió a cuatro rivales y definió ante la salida del arquero. Forgués llegó a empujarla antes de que entre al arco.

El segundo partido fue el jueves 22 de mayo. Argentina venció a México nuevamente por la mínima diferencia con un tanto de Marcelo Trobbiani y se clasificó a la final. En este encuentro el resultado fue algo exiguo, ya que la superioridad del conjunto nacional fue muy amplia con respecto al seleccionado mexicano, algo habitual por aquel entonces. La figura del partido fue un tal Américo Rubén Gallego.

La gran final se jugó contra el local, Francia, con un estadio completo y que no paraba de gritar a favor de los suyos y en contra de los nuestros durante todo el cotejo, condicionando así a un endeble árbitro que en el primer tiempo jugó “su” partido a favor de los anfitriones.

En la segunda mitad, el conjunto juvenil criollo se tranquilizó, se sacó de encima los nervios de jugar una final y arremetió con furia sobre el arco galo. Así llegó al gol con una gran jugada de amagues y paredes entre Giordano y Valdano, convirtiendo este último el gol a los 7 minutos.

De allí  hasta el final todo fue de Francia, lloviendo centros al área argentina y haciendo prevalecer su superioridad física, pero de la mano de Pavoni, junto a Passarella, Van Tuyne y Tarantini, la trinchera Argentina resistió airosa para llevarse el título, justo un 25 de mayo.

La formación albiceleste en la final fue: Ricardo Ferrero; José Van Tuyne, José Luis Pavoni, Daniel Passarella y Alberto Tarantini; Marcelo Trobbiani, Américo Gallego (luego Armando Quinteros) y Jorge Valencia; Jorge Salas (Forgués), Jorge Valdano y Rubén Giordano.

Ocho equipos tomaron parte del certamen: Argentina, Portugal, Italia, Polonia, Checoslovaquia, Hungría, México y Francia. De ese plantel, Américo Gallego, Daniel Passarella, José Daniel Valencia y Alberto Tarantini formaron parte del equipo campeón mundial 1978, mientras que Marcelo Trobbiani, Pasarella (una infección intestinal lo dejó al margen antes del debut) y Valdano integraron el plantel campeón en México 1986.

Los campeones

Participaron 16 jugadores nacidos entre 1954 y 1956 y se permitía a dos mayores. Menotti llevó a Passarella (River), que cumplía los 22 el 25 de mayo, y a José Luis Pavoni (Newell’s), que festejaba los 21 el 23 de ese mismo mes. Los demás integranteseran: Ricardo Ferrero y José van Tuyne (Central), Aldo Espinosa (Huracán), Marcelo Trobbiani y Alberto Tarantini (Boca), Américo Gallego, Jorge Salas y Jorge Valdano (Newell’s), Daniel  Olivares (Colón), Jorge Forgués (Platense), Rubén Giordano y Carlos Suárez (Racing), Armando Quinteros (Vélez Sarsfield) y José Daniel Valencia (Gimnasia de Jujuy).

Menotti, un ícono

César Luis Menotti debutó al frente del seleccionado el 12 de octubre de 1974.

César Luis Menotti debutó al frente del equipo albiceleste el 12 de octubre de 1974. Desde entonces se transformó en un ícono del fútbol nacional. A partir de ese momento histórico hubo un antes y un después en la forma de asumir la responsabilidades de entrenador de selecciones, ya que con Menotti llegó la etapa del “control total” y del plan a largo plazo.

Los resultados quedaron a la vista durante sus ocho años de conducción, ya que Argentina ganó por primera vez dos títulos mundiales en diferentes categorías: el de la mayor en 1978 y el de la Sub 20 en 1979.

Hace 30 años, una selección armada con jugadores del medio local empató en el estadio Monumental con España 1 a 1, y se comenzó a dar vuelta una página para dejar atrás la desorganización que rodeaba desde 1958 la preparación de los combinados nacionales. Con Menotti llegó la promoción de jugadores del interior, la sana explotación de los juveniles, el compromiso de una continuidad de enfrentamientos internacionales de primer nivel y el respeto por el buen juego característico del fútbol argentino.

El primer paso fue potenciar a los juveniles, con los cuales logró un importante título internacional en el torneo Esperanzas de Toulon.

El mundial de 1978 fue el primer hito de su campaña y con el título en la mano, encaró el segundo proceso. Entre lo destacado se recuerda la aparición en el seleccionado mayor de Diego Maradona, quien a la vez era la figura excluyente de los juveniles en donde se gestaba otro momento de gloria un año más tarde en Japón.

El tramo final de cara al Mundial de España 1982, donde Argentina debía defender su corona, estuvo cargado de tropiezos y una pronta eliminación.

De todas formas fueron ocho años brillantes con dos títulos mundiales y un cambio de mentalidad radical para el manejo de la selección, que se mantuvo en estas tres décadas más allá de éxitos o fracasos.

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