Llegó el día. Luego de navegar sin un rumbo fijo durante gran parte del campeonato, Central Córdoba afronta esta tarde “el” partido de la temporada. Al menos el primero de los cinco que aún le quedan para intentar evitar lo que hace tiempo parece un hecho: la pérdida de categoría.
Desde las 15.30 y con el arbitraje de Yamil Possi, el Charrúa será local de Los Andes, otro de los equipos que también pelea para mantener su plaza en la B Metropolitana. Apenas 90 minutos separan a Córdoba del temporal del descenso.
Ganar o ganar, otra no queda, ya que una nueva derrota o incluso un empate dejarían sentenciada la suerte del elenco de barrio Tablada. Y teniendo en cuenta el rendimiento irregular que exhibió el Matador a lo largo del presente certamen, en los papeles previos la meta aparece como muy complicada. Por no decir imposible. Pero el fútbol también sabe de hazañas y este plantel charrúa todavía más.
Depende de ellos. De aquellos jugadores que aún con el sueldo atrasado, los aprietes de la barra o los atropellos de la comisión, fecha tras fecha salen a la cancha con las mismas ganas de siempre, todos y cada uno de ellos dispuestos a dejar hasta la última gota de sudor para seguir en la B Metro, categoría a la que tanto costó llegar y que nadie desea abandonar.
