A lo mejor no fue el arranque esperado, pero al menos nunca se dio por vencido e hizo méritos suficientes para quedarse con los tres puntos. En el desafío que reabrió el campeonato dela Primera C, Central Córdoba no supo cómo romper el cerco defensivo que presentó San Miguel y las casi cinco mil personas que asistieron al Gabino Sosa para alentar al equipo, se terminaron quedando con las ganas de festejar un triunfo que hubiera dejado al Charrúa transitoriamente en la punta del torneo.
Fue cero a cero porque Córdoba se mostró impreciso en la puntada final. Tampoco es que haya generado una gran cantidad de ocasiones de gol, pero las cuatro o cinco que tuvo las desperdició de manera increíble.
Fue un típico partido de comienzo de temporada. Se jugó con mucho nerviosismo y, sobretodo ansiedad. A los dirigidos por Palma les costó entrar en ritmo. La visita se paró bien firme en el fondo y en ningún momento arriesgó mucho en ataque.
Central Córdoba intentó por abajo, también por arriba, de media distancia y hasta abriendo al cancha. Lo tuvo Lazo con un remate desde fuera del área que exigió al máximo al arquero y también Villagra tras una linda pared con Salinas en la última del primer tiempo. No quiso entrar.
El complemento no mostró nada distinto. A lo mejor se confirmaron las intenciones de cada uno: Córdoba volcado al ataque y San Miguel aferrado al empate. Pero de nuevo la pelota no quiso entrar. Palma intentó torcer el rumbo con los ingresos del debutante Maidana y Fiorina, pero la apuesta no le funcionó. El Charrúa se quedó con las ganas de treparse a la punta y ahora reza para que UAI Urquiza no gane para no escaparse. Para rescatar es que nunca bajó los brazos en su vocación ofensiva. Esto recién empieza y queda mucho camino por recorrer.