La principal atención de las elecciones presidenciales de hoy, la octava desde el regreso de la democracia en 1983, está puesta en si la definición se dará en primera vuelta o habrá balotaje: todo depende del porcentaje de votos o la diferencia que el ganador le saque al segundo, un lugar en el podio que también genera expectativas. Son seis los candidatos que pelearán en las urnas por suceder a Cristina Fernández de Kirchner después de sus dos mandatos consecutivos. Por el resultado de las Paso y los sondeos posteriores, el postulante del oficialismo, Daniel Scioli, corre con ventaja. El legado kirchnerista, tras doce años de gobierno, también se pone a prueba, más allá de que ningún Kirchner compita por el sillón de Rivadavia.
La campaña llegó a su fin, ahora, a votar. Fue una campaña extensa, intensa y, por momentos, abrumadora. A lo largo del año electoral no faltaron acusaciones, denuncias y operaciones. Desde el oficialismo, con el estilo propio de su candidato, repitieron que en los comicios de hoy se juegan la “continuidad” y la “profundización” de un proyecto político distinguido por sus políticas de inclusión, empleo, reindustrialización, consumo, independencia económica, integración latinoamericana. Un proyecto que, guste o no, marcó una bisagra en la historia argentina.
Para los candidatos opositores, está latente la posibilidad de un “cambio” o una oportunidad de que emerja una “alternativa” al kirchnerismo que después de tanto bombo concrete de una vez por todas el “fin de ciclo”. Las primarias de agosto fueron una gran encuesta para definir candidaturas pero también para empezar a trazar un nuevo tablero político, que hoy puede confirmarse o amoldarse a sorpresas. Un eventual triunfo de Scioli también reconfigurará el mapa político, tanto hacia el interior del PJ como hacia afuera.
Más de 32 millones de argentinos desparramados de Ushuaia a La Quiaca están en condiciones de decidir quién ocupará el despacho de la Casa Rosada que dejará vacío CFK el 10 de diciembre. En la jornada de hoy se eligen, además de presidente, diputados nacionales y –toda una novedad– 43 representantes ante el Parlamento del Mercosur (Parlasur): 19 por el distrito nacional y 24 por las provincias y la ciudad de Buenos Aires.
En tanto, son once los distritos que votarán de manera simultánea gobernador y vice, y en ocho provincias, como Santa Fe, además de diputados también se elegirán senadores nacionales. Es la categoría que todos miran por el peso político de al menos tres de los candidatos que pujan por tres bancas en la Cámara alta nacional: el ex intendente de Rafaela, ex candidato a gobernador y actual diputado Omar Perotti (FpV) y los ex gobernadores Carlos Reutemann (Cambiemos) y Hermes Binner (Frente Progresista).
Como se indicó arriba, tomando como referencia las Paso y las encuestas, el candidato que llega con más posibilidades de imponerse en las presidenciales de hoy es Scioli (FpV) y lo siguen, en orden, Mauricio Macri (Cambiemos) y Sergio Massa (Unidos por una Nueva Alternativa). Pero, nada está dicho aún. Más atrás, los otros tres: Margarita Stolbizer por la alianza Progresistas; Nicolás Del Caño por el Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT) y Adolfo Rodríguez Saá por el frente Compromiso Federal.
El candidato que supere el 45 por ciento de los votos “afirmativos válidamente emitidos” o que obtenga el 40 por ciento por lo menos de los votos y, además, “existiere una diferencia mayor de diez puntos porcentuales respecto del total de los votos afirmativos válidamente emitidos sobre la fórmula que le sigue”, será proclamado ganador. De no registrarse ninguna de estas dos situaciones, los dos postulantes más votados competirán en una segunda vuelta el domingo 22 de noviembre.
Scioli no es un candidato del riñón kirchnerista, pero el FpV creyó que, con sus contradicciones y todo, era el mejor para dar pelea en las urnas. Desde que fue ungido candidato del oficialismo, el gobernador de Buenos Aires kirchnerizó al mango su discurso. Lo acompaña un kirchnerista puro como el secretario de Legal y Técnica de la Presidencia, Carlos Zannini. Dilucidar lo que pasará con un “Scioli presidente” después del 10 diciembre es aventurado, aunque sin dudas reconfigurará el mapa político a partir de 2016.
La economía atravesó la campaña proselitista. Varias de las propuestas de los candidatos, las más claras, apuntaron en ese sentido. Pese a los vaticinios catastróficos y en un contexto de recalentamiento de la crisis internacional, la economía doméstica llega al día de la votación bien parada, sin grandes cataclismos. De hecho, CFK dejará el gobierno con un porcentaje de aprobación alto. El futuro rol de la presidenta y conductora del kirchnerismo también abre interrogantes.
