Las magistradas Irma Bilotta, Isabel Más Varela y el juez Ismael Manfrín aceptaron la condena a prisión perpetua para Ricardo Albertengo acordada entre la Fiscalía y la defensa. Albertengo, de 52 años, recibió esa pena por tres delitos donde el principal fue el crimen del policía Mauro Mansilla ocurrido en marzo de 2016. Este acuerdo se presentó el lunes pasado cuando debía comenzar el juicio oral en su contra luego de que la junta médica determinara que se encontraba apto para ser juzgado. La prisión perpetua fue unificada con una condena previa a 37 años. En esta resolución, el tribunal lo declaró reincidente por cuarta vez. Albertengo sólo solicitó cumplir la pena en la Unidad Penitenciaria 11 de Piñero y quedar alojado en resguardo.
Ricardo Albertengo saltó a las crónicas policiales en abril de 1994 cuando robó con un compinche un local comercial en 3 de febrero al 900, pero al salir los persiguió la policía. Albertengo se metió en un bar y terminó matando a Alejandro Debortoni. Lo condenaron a 20 años por el hecho.
En 2009 obtuvo salidas laborales, entró a robar a un centro de estética en bulevar Oroño al 700 y terminó rodeado por la Policía. Hubo toma de rehenes y exigió la presencia de la entonces fiscal en turno. Hubo un tiroteo con los uniformados y terminó preso. Otra vez lo condenaron. Esta vez aceptó un acuerdo abreviado a 17 años por 6 hechos de robo que cometió en sólo dos meses, durante las salidas transitorias entre agosto y octubre de 2009, más el delito de privación ilegítima de la libertad por la toma de rehenes. La unificación llegó a la pena de 37 años de cárcel.
Cuando logró nuevos beneficios carcelarios volvió a delinquir. Esta vez fueron dos violentos robos. Uno de ellos ocurrió el 22 de febrero de 2016 en una escuela de música. Albertengo llegó a preguntar por una clase de guitarra para su hijo y a la semana siguiente volvió, revólver en mano, redujo a las víctimas y se llevó 7 mil pesos. El atraco quedo registrado en las cámaras de seguridad.
Albertengo se encontraba prófugo. Hacía 8 meses que no volvía a la cárcel luego de una salida transitoria. Dos víctimas del robo al instituto de música lo reconocieron en plena peatonal Córdoba el 16 de marzo de 2016 y lo siguieron. En el trayecto, dieron aviso al policía Mauro Mansilla que hacía adicionales en la sede de Empleados de Comercio de Corrientes al 400.
El policía pidió refuerzos y lo siguió. Albertengo se dio cuenta y se metió en una institución ubicada en la planta alta de Corrientes al 300, se quedó en el descanso de la escalera. Mansilla le dio la voz de alto. Albertengo aprovechó la ventaja de la altura que le daba la escalera y le disparó tres veces, uno de esos balazos impactó en la cabeza de Mansilla y lo mató. Dos días después el atacante se presentó solo en la unidad penitenciaria.
Por estos hecho, Albertengo llegó a juicio la semana pasada pero se dispuso una junta médica para determinar si podía entender la criminalidad de su actos y los peritos dijeron que sí. Cuando este lunes arrancó el debate ante los jueces Ismael Manfrín, Irma Bilotta y María Isabel Mas Varela. El fiscal Ademar Bianchini y su par Juliana González dijeron que durante el fin de semana llegaron a un acuerdo con los defensores oficiales Marisel Palais y Juan Ignacio Bazet para presentar un procedimiento abreviado donde solicitaron, con la condena previa de 37 años unificada, una sanción de prisión perpetua.
Albertengo reconoció su firma en el acuerdo y el tribunal dispuso un cuarto intermedio hasta este viernes cuando informaron que decidieron homologar el abreviado y condenarlo a prisión perpetua, en una pena unificada con la sentencia a 37 años anterior. Los magistrados lo declararon reincidente por cuarta vez.
A través de sus defensores, Albertengo sólo pidió seguir alojado en la cárcel de Piñero y en resguardo.
Los fundamentos se conocerán el próximo martes 30 de abril.
El pedido para que asesinara a un policía
A fines del mes pasado se conoció una grave denuncia radicada por Albertengo, quien informó que personal penitenciario de la cárcel de Piñero le ofrecieron matar al ex sargento Edgardo Baigoría, hermano de un ex jefe de Drogas Peligrosas de Santa Fe, entonces detenido por narcotráfico en una causa en la que está implicado Luis Paz. Según se supo más tarde, el policía estaba alojado en resguardo en el mismo pabellón. A cambio, Albertengo recibiría mejoras en sus condiciones de alojamiento.
https://twitter.com/robertocaferra/status/1111246231722967040?s=20
El 28 de marzo el conductor de Radiópolis Roberto Caferra contó que la pareja de Albertengo le hizo llegar una carta de puño y letra –que luego fue publicada en su cuenta de Twitter–, donde el interno denunciaba que un agente del servicio penitenciario le ofreció matar a Baigoría a cambio de beneficios, ya que se encontraba alojado en un buzón –como se denomina a la celda para resguardo que también se usa para castigo–.
El contenido de esa carta se judicializó luego que la pareja de Albertengo presentara una denuncia penal ante la Unidad Fiscal de Violencia Institucional por el delito de extorsión. Al prestar declaración, el recluso especificó que el agente penitenciario que le hizo la propuesta le aseguró que en el buzón en el que estaba detenido, frente a Baigoría, una de las cámaras de seguridad no funcionaba.
Más tarde, la fiscal Bartocci dijo que el mismo servicio penitenciario le informó que las cámaras estaban dañadas, así que no pudieron confirmar si el diálogo existió. Pero sí que Baigoría y Albertengo ingresaron el mismo día al pabellón donde están los buzones de resguardo.
Luego de que esta información saliera a la luz, Baigoría fue trasladado a una cárcel federal en Salta.