Un hombre de 37 años fue condenado a prisión perpetua por matar y descuartizar a su amigo y empleador para quedarse con sus bienes. El hecho ocurrió hace tres años en la localidad santafesina de Las Rosas, cuando la desaparición de Guillermo Javier Centurión fue denunciada por su hermana. El hombre fue encontrado varios días después descuartizado y enterrado debajo del inodoro del baño del sospechoso. Según el fallo, el acusado inventó un relato sobre el paradero de la víctima, pero el cúmulo de elementos incriminantes lo señalaron como el homicida. Es que el ahora condenado había sido visto en la casa de la víctima cargando en un camión todas las pertenencias de Centurión, las mismas que luego fueron secuestradas en una casa que había alquilado en Las Parejas. El juez de Sentencia José Luis Mascalli sostuvo que el plan de apoderarse de los bienes de Centurión estuvo ideado desde un inicio, y para ello debió hacerlo desaparecer. Y literalmente lo hizo por unos días, hasta que su cuerpo fue hallado porla Policíadescuartizado , enterrado y tapado con escombros, sostiene el fallo.
Guillermo Javier Centurión estaba separado y tenía una hija, vivía solo en su casa en la localidad de Las Rosas departamento Belgrano y tenía una amistad con Víctor Fabián Farías, a quien además le daba trabajo. Fue visto por última vez la mañana del 17 de agosto de 2008, cuando se retiró en su moto luego de compartir una noche en un boliche con amigos.
Según se desprende de la investigación, la hermana de Centurión, que vive en Buenos Aires, comenzó a preocuparse porque había perdido contacto con el hombre y decidió viajar al pueblo. La mujer realizó una serie de averiguaciones entre sus conocidos, pero nadie conocía el paradero de Centurión.
Fue la ex mujer de su hermano la que le brindó el primer dato llamativo: le contó que Farías había ido a su casa y le había entregado un rastrojero y un camión, ambos de propiedad del hombre desaparecido, diciendo que Centurión se había ido de viaje con una novia. Pero entre los papeles del vehículo estaba el carné de conductor de la víctima. Entonces la hermana de Centurión realizó la denuncia enla Policía.
De acuerdo con el fallo, Farías fue citado a declarar como testigo. En su exposición sostuvo que Centurión era su patrón y que un mes antes le había dicho que se iba a trabajar a Bahía Blanca con una novia y que le había dejado encomendado que le entregara el camión y el rastrojero a su hermana, pero como no tenía habilitación para conducir se lo entregó a la ex mujer.
Los elementos apuntaban cada vez más a Farías, y fue así que un mes después de la desaparición de Centurión se realizó un allanamiento en la casa del sospechoso. El cuerpo de la víctima apareció descuartizado y enterrado en un baño exterior de la propiedad de Farías. El pozo estaba tapado con ladrillos y trapos. Durante la excavación se encontró un balde con aparentes manchas de sangre, dos jeans azules, una campera de jean, un pedazo de media sombra, una cuchilla de32 centímetroscon mango de madera, un maza de un kilo y medio, un par de zapatillas y el cuerpo del hombre con los brazos y piernas amputados.
De acuerdo con el fallo, la autopsia determinó que la víctima presentaba una lesión craneal, degüello parcial y sucesivas lesiones traumáticas que lo llevaron a la muerte. El informe aclaró, además que la amputación de los miembros superiores e inferiores fueron post mortem.
En este contexto, Farías fue llevado a declarar por segunda vez, aunque bajo la imputación de homicidio. Durante la declaración indagatoria el hombre varió totalmente su versión original, ya que sostuvo que Centurión había matado a una persona en Buenos Aires y que estaba involucrado con drogas.
El sospechoso dijo ante el juez que en una oportunidad se encontraba trabajando en la localidad de Las Parejas, y cuando volvía a su pueblo se encontró con un hombre que lo acercó a su casa. Durante el viaje, esta persona le preguntó si podía llevar a Centurión a su vivienda, a lo que el acusado accedió.
Unos días después, el 17 de agosto, Farías volvió a encontrarse con este hombre en Las Parejas, quien volvió a llevarlo a Las Rosas. El acusado fue a buscar a Centurión y, cuando llegaron a su casa, apareció el hombre del auto y le pidió a su amigo una plata. Momentos después llegaron tres personas más, le dieron dinero y le dijeron que se fuera.
En su descargo, el sospechoso dijo que al otro día volvió y vio a unos hombres tirando escombros en el baño exterior de la propiedad, quienes le dijeron que todo había terminado, que pensara en su familia y que se quedara tranquilo o le iba a pasar lo mismo que Centurión, sostiene la sentencia.
Pero este relato fue contrapuesto con todo los elementos probatorios de la causa. Farías dio versiones diferentes a distintas personas del paradero de su amigo. También se lo vio circulando en la moto de la víctima, la cual quiso transferir a su nombre, e incluso entregó a la ex mujer de Centurión un camión y un rastrojero que pertenecían al muerto con su correspondiente documentación. Además, en un camión de la víctima, Farías cargó todas las pertenencias de Centurión –heladera, cocina, lavarropa sommier, alacena, cocina, televisor, DVD, un mueble con toda la ropa de su amigo, dinero y una motosierra– y las llevó a una casa que había alquilado en Las Parejas, donde fueron secuestradas.
Diversos testimonios coincidieron en que Farías tenía una mala situación económica y que luego de la desaparición de su amigo tenía bastante dinero en la billetera. Además, todo remarcaron que Centurión nunca hizo mención a que se iría de viaje ni surgió de los testimonios que la víctima tuviera relación con la droga, refiere el fallo.
El magistrado entendió que Farías, utilizando la violencia, golpeó hasta la muerte a su amigo y, una vez fallecido, seccionó sus cuatro extremidades y lo tiró al pozo del baño del patio de su casa. Luego tomó el camión y el rastrojero de su víctima y, como sabía que eran bienes registrables de gran porte, a contraposición de la moto, se los entregó a su ex mujer. Además, contrató a dos personas para que llenaran el pozo del baño con escombros.
Según los considerandos del juez Mascalli, Farías desprestigió a Centurión entre la gente de la localidad diciendo que su amigo se había trasformado en un mujeriego y drogadicto o traficante de drogas para justificar su ausencia, y demostró ostentosamente que tenía dinero para luego mudarse a Las Parejas, sostiene el fallo.
El magistrado concluyó que “todo se desarrollaba según el plan; pero como todo plan, tenía su flanco débil: Farías no tenía en cuenta la persistencia de la hermana de la víctima que, al no tener noticias, decidió viajar desde Buenos Aires hasta Las Rosas y empezó a averiguar qué había pasado”. Las sospechas se dirigieron hacia el imputado, que puso en movimiento una historia fabulesca que había pergeñado desde el inicio.
“Toda la prueba valorada convergen en la persona del imputado como autor del homicidio y despojo de sus bienes”, sostiene la sentencia. Por ello el magistrado condenó a Víctor Fabián Farías a la pena de prisión perpetua por el homicidio criminis causae –matar para ocultar otro delito– y el robo a Guillermo Centurión.