La expedición SOS Artic 2022, que cuenta con seis tripulantes a bordo de un laboratorio móvil, recorrerá una ruta inexplorada en Groenlandia donde investigarán muestras de hielo y microorganismos y se pondrá a prueba un instrumento que «podría detectar indicios de vida en Marte» y otros planetas, explicó Lucía Hortal, miembro de la tripulación.
El 5 de mayo, cuatro hombres y dos mujeres se embarcarán en una expedición a bordo del Trineo del Viento polar, un laboratorio impulsado por un cometa de 250 metros cuadrados que recorrerá unos 1.500 kilómetros de Groenlandia de oeste a este, consignó hoy el Servicio de Información y Noticias Científicas (SINC).
El trineo, que pesa más de 2.200 kilos, partirá desde un glaciar ubicado Narsarsuaq, donde los seis miembros de la expedición arribarán en helicóptero.
Entre los tripulantes se encuentra Ramón Larramendi, creador del Trineo del viento que ya realizó diez travesías polares, tanto en la Antártida como en el Ártico.
Se trata del primer vehículo eólico movido por cometas que aportan energía eficiente sin emitir contaminantes a la atmósfera y también emplea placas solares para mantener activos los equipos de investigación.
«Lo que fue un proyecto de aventura, desde hace años pasó a ser una plataforma móvil cero emisiones para la investigación polar, puesta a disposición de la comunidad internacional para realizarla de un modo mucho más sostenible», señaló Larramendi.
A su vez, se estima que el viaje durará entre tres y cuatro semanas y estará enfocado en la investigación científica y la divulgación de los efectos del cambio climático en entornos polares.
En tanto, Lucía Hortal, astrobióloga que participará de la expedición, detalló que se realizarán dos experimentos, uno de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) y otro del Centro de Astrobiología de Madrid (CAB).
El primero, denominado «Proyecto Microirpolar-2», se centra en «la dispersión de los microorganismos por el aire, cómo se distribuyen geográficamente y su capacidad de mantenerse con vida», explicó Hortal.
«Los experimentos están diseñados para conocer lo que se transporta en un lugar tan prístino y remoto como los casquetes polares, y esto nos ayudará a saber si existe una comunidad de microorganismos común en el aire que puede llegar a cualquier lugar de la Tierra, y cómo el deshielo en los polos puede modificarla», continuó.
Por otro lado, en el segundo experimento el objetivo será probar y poner a punto el instrumento Signs Of LIfe Detector (Solid), que «podría detectar señales o restos de vida en otros lugares del sistema solar, como Marte o las lunas heladas de Júpiter y Saturno (Europa y Encélado respectivamente), que son los principales candidatos para albergar vida», detalló la investigadora.
Finalmente, el SOS Artic 2022 será la primera expedición polar alineada con cuatro de los Objetivos de Desarrollo Sostenibles de Naciones Unidas (ONU), entre los que se encuentran «educación de calidad», «energía asequible y no contaminante», «acción por el clima» y «alianzas para lograr objetivos».