Claudia pidió ayuda en una oficina municipal porque sufrió violencia de su ex pareja, pero lejos de contención, encontró más violencia. Germán C., un psicólogo que trabajaba como empleado administrativo, la citó en su consultorio privado con la excusa de asesorarla a fines de marzo de 2018. En medio de la sesión, la besó y manoseó.
Ella lo denunció por abuso en el Ministerio Público de la Acusación (MPA) y la Secretaría de Desarrollo Social de la Municipalidad lo suspendió y le inició sumario administrativo. Ahora, se suspendió el juicio a prueba contra el profesional bajo ciertas condiciones, como cumplir reglas de conducta, y una reparación económica.
“Fui a pedir ayuda donde creí que me iba a sentir contenida porque los conocía y no puedo creer lo que pasó. Sólo espero no tener que cruzármelo nunca más en mi vida”, contó Claudia a El Ciudadano unos días después de haber sufrido el abuso.
La víctima, sostén de hogar y a cargo de tres hijos, vendía viandas en las oficinas de la Municipalidad. Se había separado cuatro años antes del padre de sus hijos porque él la golpeaba.
En marzo de 2018 tras una agresión verbal pidió una restricción de acercamiento que la Justicia le otorgó, y le recomendó que se contactara con alguna asesoría de víctimas de violencia. Claudia vio que el área de asesoría psicojurídica de violencia de género municipal estaba en el listado, llamó y dejó sus datos. Conocía a muchos de sus empleados por su trabajo, entre ellos al psicólogo, que no ejercía esa profesión en el municipio. Así que cuando ella pidió por “el psicólogo”, él la atendió y la citó en su consultorio.
Ese mismo día, durante la sesión, el profesional la besó y manoseó; la víctima lo empujó y huyó. Primero debió abrir la puerta, que estaba cerrada con llave. “Yo confiaba en él. Siempre se presentó como psicólogo y me alentaba para salir adelante porque sabía que criaba sola a mis hijos”, contó.
A las pocas horas la víctima lo denunció ante la fiscal Nora Marull el MPA, donde dejó constancia de que el hombre la seguía acosando por mensajes y llamadas de Whatsapp. “No salgo del shock. Tengo ataques de pánico y pesadillas. Perdí mi trabajo porque no quiero volver a la oficina. No fue sólo el abuso, sino que destruyó mi vida”, relató entonces.
“El caso denunciado remite al accionar de un individuo que decide por fuera de todos los protocolos vincularse con la denunciante por fuera del ámbito laboral y desarrollando una función que no tiene, ya que en el municipio cumple sólo tareas administrativas”, habían aclarado desde el área.
Este jueves, casi tres años después, en una audiencia llevada adelante en el Centro de Justicia Penal, las partes consintieron la probation bajo la carátula de abuso sexual simple en carácter de autor y consumado, en un procedimiento que homologó el juez Nicolás Vico Gimena.
Así, por tres años Germán C. deberá cumplir: prohibición de acercarse a la víctima a los lugares en los que desempeña tareas de cualquier índole como así también la prohibición de contacto por sí o por interpósita persona; no permanencia en caso de producirse un encuentro casual en la vía pública o lugares públicos pesando sobre sí la carga de retirarse de los mismos; deberá ingresar al Dispostivo de Varones Violentos de la Municipalidad de Rosario (en caso de denegatoria acreditada, se realice un tratamiento psiquiátrico o psicológico por el igual lapso); reparación simbólica del daño a la víctima por 100 mil pesos.
