Trece personas fueron procesadas por tráfico de estupefacientes en el marco de una investigación federal que comenzó a mediados de 2016 y desbarató, hace dos meses, a dos presuntos clanes familiares tras 24 allanamientos simultáneos en Rosario y Roldán. Entonces, 14 hombres y cinco mujeres fueron apresados, en tanto 32 kilos de cocaína y 83 de marihuana fue la droga decomisada por la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA).
Según la acusación fiscal, el jefe de la red era Javier Ramón Insaurralde, apodado Rengo, quien cayó junto a siete familiares. El procesamiento fue apelado por la defensa. Según uno de los abogados, Mariano Scaglia, la causa estuvo bajo secreto de sumario hasta el mismo día del procesamiento, irregularidad que vulneró el derecho de defensa.
La semana pasada, el Juzgado Federal Nº 3 de Rosario procesó por tráfico de estupefacientes (ley 23.737) a 13 personas detenidas el pasado 31 de enero acusados de conformar una red narco. La investigación se inició el 17 de agosto de 2016 a raíz de una denuncia con identidad reservada que puso en conocimiento que en el barrio Santa Clara de zona oeste se comercializaban drogas, actividad que generaba episodios conflictivos con los vecinos.
A través de las diversas medidas realizadas por el fiscal Mario Gambacorta y ordenadas a la PSA, entre ellas tareas de campo e intervenciones telefónicas, se conoció una organización criminal liderada por el Rengo Insaurralde, de 48 años, y compuesta en su mayoría por su entorno familiar, que se dedicaba al tráfico de cocaína y marihuana a gran escala en Rosario, según la acusación fiscal. En la misma causa, Insaurralde fue señalado como proveedor de estupefacientes a Gabriel Germán Mansilla, quien operaba en carácter de líder de otro núcleo de personas conformado también por sus familiares, contando ambos grupos con gran logística.
Tras los megoperativos realizados a finales de enero con la detención de 21 personas entras las que estaban los dos líderes de ambos clanes familiares, el pasado 8 de marzo el juez Bailaque procesó a siete personas con prisión preventiva y a seis sin dicha restricción, mientras que dictó falta de mérito en relación a las siete restantes. Según informó la Fiscalía, continúan tres personas prófugas en la causa y otras tres a la espera de una resolución judicial.“El padre era el encargado de adquirir la droga, el hijo mayor su mano derecha, la esposa y el resto de la familia eran cómplices del acopio del estupefaciente y dirigían las pantallas para el lavado de activos”, explicó el Ministerio de Seguridad de la Nación.
De acuerdo a esa fuente el clan Insaurralde operaba así: “El padre viajaba a la provincia de Buenos Aires para buscar los estupefacientes, siempre acompañado por un tal Cabeza, el transportista. Tras fraccionarlos y acopiarlos en Rosario, los distribuía a pequeños vendedores, evitando hacerse cargo de la comercialización al menudeo”.
A su vez, el líder de la banda armaba varias pantallas. Su esposa y sus seis hijos (tres hombres y tres mujeres) gerenciaban un minimercado ubicado en la intersección de bulevar Seguí y pasaje Berlín. También, administraban viviendas de alquiler y una pensión. El objetivo era lavar el dinero”, describieron los voceros sobre la investigación de la PSA.